lunes, 10 de diciembre de 2012

La nube de internet ya consume el 1,3 % de la demanda eléctrica mundial



La Revolución Tecnológica del siglo XXI se asienta sobre unos cimientos de la Revolución Industrial del siglo XIX. Si seguimos el rastro de la inmaculada página web de Google, podemos acabar en la chimenea de una térmica. Aunque no lo parezca, internet mancha. 
Internet mancha porque consume energía en dosis inimaginables. Y la nube -es decir, el almacenamiento de datos en servidores en los que se guarda la información y los programas que luego son utilizados por los usuarios- refuerza esa tendencia. Según la organización ecologista Greenpeace, la nube consumía en 2007 en todo el mundo 623.000 millones de kilowatios/hora. Esa cifra no significa nada hasta que no se la pone en un contexto: «Si la nube fuera un país, sería el quinto del mundo con mayor consumo eléctrico», solo por detrás de EEUU, China, Rusia y Japón, según se afirma en el estudio How Green Is Your Cloud, publicado por ese grupo el pasado mes de abril. 

La nube, de hecho, ya consume tanta electricidad como Brasil y Reino Unido juntos -o dos veces y media lo que España-, y está empezando a obligar a cambiar la infraestructura eléctrica en algunos países. En 2011, Estados Unidos inauguró una línea de alta tensión de más de 300 kilómetros de largo y que exigió una inversión de 800 millones de euros entre las montañas de Pennsylvania y el norte de Virginia, donde se encuentran los servidores que proveen aproximadamente el 50% de los servicios de internet del país. 
Allí, en un paisaje de chalés típico de las ciudades de EEUU -a fin de cuentas, esa zona constituye el extrarradio de Washington y en ella están dos de los tres aeropuertos de la capital de EEUU- las empresas de internet han aprovechado almacenes y hasta silos agrícolas para organizar sus servidores. Esos servidores son el corazón de la nube, y también la principal fuente de consumo energético. 

Un servidor es una colección de cientos de ordenadores que fundamentalmente almacenan datos. Pero, desde el punto de vista energético, su uso no podría ser más ineficiente. Un estudio de la empresa especializada en gestión de energía Viridium Software, citado por The New York Times, detectó que el 75% de los ordenadores de los servidores podrían estar funcionando a menos de un 10% de su capacidad computacional. Otro análisis del gigante de la consultoría McKinsey muestra que entre el 88% y el 94% de la energía que se usa en los centros de datos se destina a operaciones destinadas a mantener en marcha la nube y otros servicios informáticos. El resto, simplemente, se emplea en tener funcionando a ordenadores que no están haciendo básicamente nada. 

Ese despilfarro tiene su razón de ser: los consumidores hemos asumido que acceder a Google desde el iPhone es un derecho divino, de modo que las empresas no quieren correr el riesgo de que haya un apagón de internet si en un momento dado se dispara el acceso a la red. Eso, a su vez, les lleva a tomar medidas de precaución extra. En Virginia, muchos servidores tienen generadores eléctricos que funcionan con gasoil. El problema es que algunas empresas online no gestionan esas actividades con el mismo cuidado con el que actualizan sus páginas web. Sólo en los últimos tres años, el gigante de la distribución Amazon.com ha sido sancionado 24 veces por las autoridades de Virginia por violar las normas medioambientales en sus servidores, incluyendo tener y operar generadores eléctricos sin autorización. 

Pero las empresas -y los Gobiernos- quieren mantener a sus centros de datos en funcionamiento al precio que sea, máxime en una época en la que los ciberataques (muchos procedentes de China y Rusia, pero también de competidores) son una amenaza constante. Para una empresa de internet la definición de catástrofe es lo que le pasó a Amazon el 30 de junio, cuando una descomunal tormenta en el área de Washington generó vientos de 150 kilómetros por hora que tumbaron el suministro eléctrico durante más de 24 horas a un servidor que también acogía al servicio de vídeos online Netflix y las redes sociales Instagram y Pinterest. 

La cuestión es que en el mundo existen unos tres millones de servidores, según una estimación de la consultora International Data Corporation. Solo Google tiene 11 -seis en EEUU y cinco en otros países- que consumen la misma electricidad que 280.000 viviendas. En total, el investigador Robert Bryce, del think tank estadounidense Manhattan Institute, calcula que los servidores de todo el planeta consumen el 1,3% de la demanda mundial de energía eléctrica. 

La nube fomenta el uso de dispositivos con acceso a internet, lo que a su vez incrementa el consumo eléctrico y aumenta la demanda de servidores. Se estima que sólo este año el tráfico de datos y de mensajes a través de dispositivos móviles ha crecido un 133%, y el consumo eléctrico de los servidores un 19%. Aunque la eficiencia energética de estas instalaciones -y, en general, de todo el sector de la electrónica e informática- avanza muy deprisa, no compensa el aumento del consumo. 

¿De dónde proviene esa energía? Eso depende de los países, pero el estudio de Greenpeace antes citado dejaba claro que las industrias nuevas a menudo usan energía antigua. Hay compañías como Google, Apple (que está construyendo una de las mayores plantas de energía solar de EEUU para abastecer a una de sus bases de datos) o Dell que están moviéndose rápidamente hacia el uso de energías renovables y que se han fijado como objetivo tener una huella de carbón cero en unos pocos años. En Finlandia hay bases de datos que venden el calor que producen sus ordenadores a ciudades, que lo emplean como calefacción. 

En último término, es un problema de escalas. Como escribió el experto en centros de datos de Amazon William Hamilton en su blog a principios de este año, un centro de datos de 50.000 metros cuadrados (algo menos de 10 campos de fútbol) en el Noroeste de EEUU-una zona de abundantes precipitaciones- necesita para funcionar un parque solar de 16 kilómetros cuadrados. 

Obligan a un enfermo a pagar el 40% de del precio de sus medicinas por coger un empleo de 19 días



«Si lo sé, no cojo el trabajo». Julio Cayuela es un enfermo crónico desde que le trasplantaron aquel riñón en 2002 y no tiene empleo, ni subsidio. Con su desventura a cuestas, paga el 40% del precio de las 11 pastillas diarias que necesita, 31,32 euros cada mes si no se quiere morir. 
Él, que podía ser un desempleado exento de copago, perdió su condición de parado de larga duración (tres años y medio sin tajo) la tarde de agosto en que aceptó un trabajo por 500 euros que duró... 19 días. 19 días y 500 euros. Como el lamento de Sabina. Como las canciones de desamor. Como la crisis. «Voy a pedirle a Rajoy que me rescate». 

Julio es un daño colateral del copago farmacéutico, una historia en carne con el hueso de la nueva ley. Después de tres meses de quejas, de silencios administrativos y de respuestas de ventanilla en la Seguridad Social, el centro de Salud de Pinto (Madrid), la Gerencia de Getafe y Móstoles, las oficinas centrales de una de las áreas sanitarias de Madrid y hasta el Ministerio, Julio ya no sabe qué hacer. «El mes que viene no sé de dónde sacaré el dinero». 

Este ex administrativo madrileño vive de una renta con pinta de final. Posee una casa que alquila por 610 euros al mes, un sueldo del que ha ido tirando los últimos años pero que se acaba en enero, cuando el inquilino se vaya para siempre «porque dice que ya no lo puede pagar». 
El Decreto que entró en vigor el 1 de julio inventó el repago farmacéutico: pensionistas, algunos parados, activos... Todos, en alguna u otra medida, deberían pagar por los fármacos. Entre las personas que están exentas, la norma incluye a los parados de larga duración que hayan agotado su prestación. O sea, recetas con el código 001. 

Sin embargo, si reciben la ayuda de 400 euros y tienen propiedades, el decreto fija un pago de los medicamentos en función de la renta. Así, los pensionistas abonan el 10% del precio con un límite de ocho euros al mes si ganan menos de 18.000 euros al año, un límite de 18 si perciben entre 18.000 y 60.000 y un tope de 60 si el pellizco es de más de 100.000 euros. Recetas con código 002. 
Aun más allá, la norma indica que deberán pagar el 40% de las medicinas los activos laborales con rentas inferiores a 18.000 euros y los parados con prestación. O sea, recetas con el código 003. 
Y aquí es donde empieza esta historia. O al menos en parte. 

Julio tiene una renta declarada de 7.531 euros al año y ya no es un parado de larga duración. Es decir, por un lado tiene una renta inferior a 18.000 euros (código 003), pero por otro no cobra desempleo (código 001). «Es surrealista, lo sé», dice pegado a sus cajitas de salud. 
La cuestión es que el 13 de agosto, cuando Julio fue dado de alta como portero en un edificio de Madrid, sus datos tributarios y sanitarios se cruzaron y él pasó a ser un activo que debería pagar sus medicinas en función de su renta. En ese momento perdió su condición de parado crónico y entró en la bolsa de los que trabajan, cotizan y pagan. 

Pero por 19 días. Al vigésimo, ese 1 de septiembre que no olvidará, Julio se convirtió en un parado. Pero en un parado sin prestación. «Coticé tan poco tiempo que no tengo derecho a subsidio. Acepté el trabajo porque después de tres años y medio sin nada, 500 euros y algo que hacer cada día me parecieron un tesoro. Ya ves». 

El «ya ves» es lo que ha decidido la Administración: rentista de menos de 18.000 euros, código 003, abone el 40% del precio de los fármacos. 
Y eso en un enfermo trasplantado de riñón, en aquel Julio que hace años que no juega al rugby, es un festín involuntario de cápsulas. Una unidad de colirio, cuatro pastillas para la tensión, una para el colesterol, otra para el azúcar y cuatro para el rechazo. «Me tomo cinco por la mañana y seis por la tarde. El estómago ya tiene callo». 

Lo sabe desde 2002, cuando la diálisis no dio más de sí y la esperanza fue el trasplante. El órgano funcionó y Julio empezó a medicarse para vivir. Un tribunal médico le concedió el 85% de minusvalía. Años después, la justicia médica consideró que Julio podía trabajar y le rebajó la discapacidad al 33%. Anduvo en algún empleo, siguió atiborrándose de principios activos y, en febrero de 2009, ingresó en ese paro largo y feo que se interrumpió 19 días. 

Hoy, con su tercio de minusvalía y su circunstancia, Julio asalta mensualmente la farmacia armado de un taco de recetas. «Paga 31,32 euros al mes», cuentan en la botica. 
Si la cuenta no sube más es porque algunos de los 11 medicamentos que necesita son de aportación reducida, es decir, le cuestan a un crónico un 10% del precio. «Si no fuera así, el desembolso se le dispararía más», aventuran en la farmacia mientras atienden a pensionistas, parados y a los activos del copago rampante.

viernes, 7 de diciembre de 2012

A 30 kms de altuta por 110.000 euros



José Mariano López Urdiales ha crecido entre cohetes espaciales y lanzamientos a la estratosfera de globos científicos. La primera vez que visitó el Kennedy Space Center de la NASA en Cabo Cañaveral (Florida, EEUU) tenía sólo dos años. Su padre era investigador en el Instituto Astrofísico de Andalucía, situado en Granada. Parte de su labor de investigación era el lanzamiento de sondas para estudiar las características de la atmósfera. 

Siendo sólo un niño, José Mariano asistió a tantos lanzamientos de cohetes desde la base del Arenosillo (Huelva) y de globos estratosféricos desde el aeródromo de León como pudo. Con esos antecedentes no es extraño que el entonces niño estudiase de joven Ingeniería Aeronáutica y obtuviese el primer premio nacional con su proyecto fin de carrera. Una trayectoria meteórica le hizo pasar por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), por Boeing y por la Agencia Espacial Europea. 

Pero una mente inquieta y brillante como la suya no se conformaba con pasar por algunos de los mejores destinos de la industria aeroespacial y en 2009 decidió sacar adelante una idea que le rondaba en la cabeza desde que tenía sólo 22 años: desarrollar un modelo aeronáutico para poder enviar personas a la estratosfera y poner en marcha la primera empresa de turismo espacial española. 
Ahora, con 34 años, acaba de completar con éxito una prueba de lanzamiento -esta vez con un robot humanoide a bordo- que ha alcanzado los 32 kilómetros de altura y ha regresado a tierra firme. La idea es ofrecer a sus clientes las mismas vistas que tuvo el saltonauta de Red Bull Felix Baumgartner en su reciente salto desde la estratosfera. Pero realizado con más seguridad.

«Los turistas espaciales actuales pagan hasta 50 millones de dólares por ir a la Estación Espacial Internacional. Pero el bien reproducible de esa experiencia no es ser el primero, ni estar en la ISS. Lo que la gente quiere es tener la vista de la Tierra desde el espacio», explica José Mariano López Urdiales, fundador y consejero delegado de la empresa de turismo espacial zero2infinity. «Si tienes esa vista de la Tierra azul y curvada, el cielo negro y el Sol brillando tienes las mismas sensaciones que los astronautas. Y la Física indica que para tener esas vistas no es necesario pasar de 30 kilómetros de altitud», explica el emprendedor. 

Como recuerda el propio López Urdiales, la forma «más económica y más segura de subir hasta esa altura es con un globo estratosférico». La empresa fundada por este joven ingeniero nacido en Granada en 1977 tiene ya fabricada una cápsula de fibra de carbono mucho más eficiente que la utilizada por Red Bull en el salto de Baumgartner. El habitáculo tendrá forma de anillo con un baño y tres compartimentos, donde podrán viajar cuatro turistas -dos en cada estancia- y dos pilotos, y todos ellos tendrán una gran ventana delante para disfrutar de la experiencia. 
Con esa cápsula, según aseguran desde zero2infinity, la empresa pretende batir el récord de altura en globo, uno de los pocos registros que dejó intactos el saltonauta. «No lo batieron porque no se posó en tierra con el globo, sino que saltó», explica López Urdiales. 

Esta marca lleva intacta desde el 5 de abril de 1961, cuando Malcolm Ross y Victor Prather, del ejército de EEUU, ascendieron en un globo aerostático hasta 34.668 metros y regresaron montados en el propio globo. La empresa española pretende realizar esta hazaña el año que viene, antes de la certificación comercial que permitiría realizar los primeros viajes a la estratosfera con turistas a bordo y que está prevista para el año 2014. 

El récord de Ross y Prather da idea de que, a pesar de lo avanzada de la tecnología usada por el equipo de ingenieros de zero2infinity, este tipo de lanzamientos no resultan ninguna novedad. Los vuelos estratosféricos en globo comenzaron en los años 20 y se realizaron de forma habitual hasta 1961, cuando la tecnología perdió interés en los ministerios de Defensa y dejó de utilizarse. Pero su utilidad científica está fuera de toda duda. De hecho, el descubrimiento de que hay hielo en los polos de Marte lo realizó un investigador francés a bordo de un globo de este tipo hace 60 años. 
Aunque la idea no consiste en grandes y sofisticados cohetes lanzados por aviones, como el viaje espacial que oferta Virgin Galactic, la compañía del multimillonario Richard Branson, la solución de la compañía española tiene varias ventajas importantes. El propio López Urdiales, que ya ha compartido púlpito en algunos encuentros aeroespaciales con Branson -lo que da una idea de la consideración internacional que tiene la empresa con sede en Barcelona fundada por este emprendedor español-, recuerda que su globo está diseñado para el turismo espacial desde el principio, no es una aeronave reciclada para llevar turistas al espacio. 

La nave de Virgin Galactic, que ha vendido cerca de 600 billetes a un precio que ronda los 200.000 dólares, ofrece una experiencia a esa altitud de menos de seis minutos. Además, en sus pruebas aún no ha superado los 15 kilómetros de altitud. Pero, a pesar de ello, la compañía tiene una valoración de 1.000 millones de dólares. 

El globo diseñado por la compañía de López Urdiales estará cerca de dos horas a una altura de más de 30 kilómetros, «un tiempo suficiente para grabar en el cerebro un recuerdo inolvidable», dice el ingeniero español. La otra gran ventaja del diseño made in Spain es el precio. Esta tecnología permite reducir los costes calculados por otras empresas. El precio total de un viaje estratosférico a bordo del globo será de 110.000 euros, 10.000 para reservar la plaza y asegurarte de que no sube, 50.000 cuando se realice el primer vuelo tripulado y otros 50.000 cuando se vuele. Un precio, de momento, al alcance de unos pocos privilegiados. 

«También ofrecemos la posibilidad de experimentar la microgravedad al inicio de la bajada, pero no a todo el mundo le sienta bien estar mucho tiempo en gravedad cero, por eso no nos parece tan interesante como la vista», dice López Urdiales, que en su conversación recuerda a los brillantes emprendedores norteamericanos que han sido capaces de levantar auténticos imperios antes de cumplir los 30. 

Pero España no es EEUU. La compañía de turismo espacial fundada por el joven emprendedor necesita 20 millones de euros para hacer realidad el sueño de enviar turistas a la estratosfera, pero no ha recibido ninguna ayuda del CDTI, aunque Industria sí está mostrando interés. Ya tiene algunos inversores potentes como Ultramagic, una empresa española que es el segundo productor mundial de globos aerostáticos, o La Caixa, pero aún necesita más capital. «El plan de negocio es muy sólido y tenemos ventajas a pesar de estar en España», dice López Urdiales. «La meteorología es buena, los ingenieros son sobresalientes y España es un país puntero en turismo», sentencia.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Condenan a doce meses de libertad vigilada a ``el Cuco´´



El delincuente menor de edad Francisco Javier García, El Cuco, ha sido condenado a 12 meses de libertad vigilada por quebrantar en 2010 la orden de alejamiento de la familia de la joven Marta del Castillo que se le impuso en la sentencia en la que se le consideró encubridor de su asesinato y se le absolvió, en cambio, de cometer el crimen. 

La Fiscalía, el abogado de la familia Del Castillo y la defensa de El Cuco alcanzaron un acuerdo de conformidad para que el menor cumpla los 12 meses de libertad vigilada a partir de marzo, en cuanto venzan los dos años y 11 meses de internamiento que se le impusieron por el delito de encubrimiento.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Amanda Lear, la musa de Dalí



La sombra de Dalí es alargada. La espectacular exposición antológica que el Centro Pompidou parisino dedica estos días al genio de Figueras -la más importante desde su muerte- suscita tal interés que cualquier noticia relacionada con él termina en el primer plano de la actualidad. 

Así, las confesiones de Amanda Lear esta semana a las revistas VSD y Paris Match sobre su íntima relación con el pintor y su rivalidad con su esposa Gala se han convertido en la comidilla de París, particularmente por la anécdota sobre la venta de un pelo de su bigote a Yoko Ono. ¿Un pelo del bigote? Han leído bien. 
«Durante toda su vida, Dalí nunca pudo resistirse cuando le ponían delante un cheque. Incluso un día llegó a venderle un pelo de su bigote a Yoko», afirma la diva en las páginas de VSD. «Dalí creía que la mujer de Lennon era una bruja y temía que lo hechizara. No quería entregarle ningún objeto personal y mucho menos un pelo. Así que me envió al jardín a buscar una hierba seca y la colocó en un lindo cofre. La muy idiota pagó 10.000 dólares. Le hacía gracia estafar a la gente», continúa la que fuera su musa durante los años 60 y primeros 70. 

Es la primera vez que Lear cuenta semejante historia, a pesar de que la ex modelo, actriz y cantante ya publicó en 1986 un libro de memorias sobre su relación con el artista gerundense, titulado Dalí et moi (Dalí y yo), que ha sido reeditado sucesivamente con títulos distintos. Ni en su primer relato ni en las posteriores ediciones figura este episodio que la estrella de oscuro pasado parece haber guardado hasta ahora, que su extravagante Pigmalión vuelve a estar de moda y ella tiene que promocionar su espectáculo teatral Lady Oscar, versión del célebre libreto cómico Oscar de Claude Magnier. 

Esta vez, Amanda retoma en clave femenina el papel que Louis de Funès llegó a representar hasta 600 veces entre 1959 y 1972. Este cambio de género del protagonista de una comedia clásica tan reconocida no hace sino acrecentar la leyenda de nuestra protagonista, que según distintas biografías y testimonios de personajes que la conocieron en su juventud, cambió de sexo. Una versión que ella misma ha desmentido en numerosas ocasiones, alentando el debate entre sus fans. 


Los hay que creen firmemente que Miss Lear, nacida en Saigón (Vietnam) en fecha nada clara (¿1946?), hija de un padre franco-británico y una madre asiática, es y ha sido siempre una mujer cuya estatura inusual y morbosa voz ronca forman parte de su encanto. Y los hay que otorgan veracidad a las habladurías que la identifican como Alain Trapp, varón que actuaba travestido bajo el nombre de Peki d'Oslo en cabarés gay de París, Berlín o Barcelona, antes de ser operado con éxito por el cirujano Georges Burou en Casablanca. 
«Fue el propio Dalí quien le pagó la intervención de cambio de sexo», llegó a afirmar en su autobiografía April Ashley, el primer transexual británico. Sea como fuera, según la versión oficial, el artista y la chica se encontraron en 1965 en la discoteca Castel próxima a Saint-Germain des Prés, y, aunque ella salía entonces con el Rolling Stone Brian Jones, nuestro hombre no dejó de agasajarla hasta conseguir que se fuera con él a su casa de Portlligat en Cadaqués (Gerona). 

«Él tenía 61 años y yo 18. Fue mi profesor de arte, mi padre, mi amante», recuerda la diva en la entrevista de VSD. Sin embargo, en sus declaraciones a Paris Match la desmiente y dice que Dalí era «impotente», razón por la cual su esposa Gala solía abandonarlo durante breves temporadas «para irse con un gigoló a Grecia y lo dejaba a mi cargo». 

«Savador me sedujo llevándome a cenar, recitándome poemas de García Lorca, me miraba a los ojos y me decía: 'No nos separaremos jamás'. Un día me anunció que venía su mujer. ¡Yo que creía que era soltero! Me explicó cómo vestirme y comportarme para caerle bien a Gala y ella terminó por aceptarme», continúa Lear. Fueron los años en que la modelo de Mary Quant, Saint-Laurent y Chanel posó para el creador en cuadros y fotos, desnuda y cubierta de comida, insectos, barro... 

Mientras duró aquel entente, Gale, Dalí y ella celebraron juntos cada Nochevieja en Maxim's. Luego, nuestra protagonista empezó a volar por su cuenta. Fue portada de un disco de Roxy Music (For your pleasure, 1973) y, asesorada por David Bowie y Bryan Ferry, se lanzó a la canción pop con éxito irregular. «Un día, saliendo juntos de un local, a Salvador no le hicieron caso mientras que a mí me pedían autógrafos. No pudo resistirlo», apunta. Hoy la exhibición de Dalí suscita colas delante del Pompidou y ella, en cambio, tiene que recurrir al recuerdo de su ex protector para ser noticia.

martes, 4 de diciembre de 2012

Una juez quita a una mujer la custodia de sus hijos sin escucharla antes



La Inspección del Consejo General del Poder Judicial ha abierto una información previa a una jueza sustituta de Sevilla tras ser denunciada por una mujer a la que, sin escucharla, ha quitado la custodia de sus tres hijos de cinco, tres y dos años de edad. La jueza sustituta también ha privado a la madre de la patria potestad en materia de educación y no ha establecido para ella ningún régimen de visitas, por lo que lleva sin ver a sus hijos desde finales de septiembre. 

De acuerdo con la denuncia, la jueza sustituta María Dolores Martín atribuyó al padre la guarda y custodia de los niños y la facultad de decidir en lo sucesivo sobre su escolarización y matriculación tras dos vistas que se celebraron en ausencia de la madre. 
Ni las demandas del padre ni la convocatoria de las vistas fueron notificadas a la mujer en la forma establecida por la ley, señala la denuncia. Tan solo una tal «Maribel» llamó por teléfono unos días antes a la casa de los padres de la denunciante lo que, según la defensa de la madre, «no puede considerarse en modo alguno una notificación judicial». 

En cambio, los dos autos que le retiran la custodia de los hijos y atribuyen al padre la patria potestad en materia educativa -que han sido recurridos- sí fueron notificados a la madre en su propio domicilio y mediante Chronoexpress apenas tres días después de dictarse. «Es decir», señala la denuncia, «que el juzgado no ha tenido ningún problema a la hora de notificar ambas resoluciones. Si hubiera sido la intención de notificar y emplazarla [para las vistas] en la forma legalmente establecida, esto es, de forma personal y en su domicilio, habría podido hacerlo». 

La denuncia sostiene que la jueza María Dolores Martín «ha vulnerado flagrantemente y de forma absolutamente consciente e intencionada el derecho a la defensa y a la tutela judicial efectiva» de la madre, ya que «sabía que no había sido emplazada en legal forma». La ley establece que la citación a las vistas debe hacerse siempre de forma personal al demandado en su domicilio. 

«Causa estupor», añade la denuncia, que la jueza sustituta haya tomado decisiones de la trascendencia de la custodia y la patria potestad «sin ofrecer ni un solo motivo en la fundamentación jurídica de ambas resoluciones que justifique tales medidas» y «sin haber establecido ningún régimen de visitas a favor de la madre, que no ha podido ver a sus hijos desde que los entregó al padre» hace dos meses. 
La Inspección del órgano de gobierno de los jueces ha abierto una información previa en relación con esta denuncia, consistente en una investigación preliminar a la iniciación, en su caso, de actuaciones disciplinarias.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Así fue como desaparecieron las entradas del Madrid Arena



Miguel Ángel Flores
La noche de la tragedia de Halloween había tanta gente en el Madrid Arena que, según fuentes de la investigación, muchos jóvenes siguieron entrando cuando ya había ocurrido la avalancha que mató a cinco jóvenes. Diviertt S.L., la empresa organizadora, había montado con vallas de obra un pasillo que pasaba de largo frente a la entrada del edificio, daba la vuelta y finalmente regresaba a una zona con toldos y taquillas. 
Allí estaba la principal prueba de cargo contra Miguel Ángel Flores, el dueño de Diviertt y cerebro de las fiestas organizadas por la empresa: los tickets, que desaparecerían pocas horas después durante 16 días. La dirección de Flores era tal que él mismo había estado un día antes en esa explanada, dando órdenes y supervisando los trabajos junto con Carlos Manzanares, el administrador de Kontrol 34, y con el responsable de la empresa Dato, encargada de proporcionar el software para el control de entradas. 

¿Qué sucedió para que los tickets no fueran hallados en la inspección ocular del juez Eduardo López Palop, y aparecieran tres días después, facilitando la impugnación realizada por la defensa de Flores por, presuntamente, haberse roto la «cadena de custodia»? Obviamente, sostienen fuentes policiales, operarios vinculados a la organización de la fiesta distrajeron las ocho cajas, en realidad contenedores como de basura, para tratar de ocultar lo evidente: se habían vendido muchas más entradas de las permitidas. He aquí la historia de las entradas perdidas del Arena. 

Cuando ese pasillo inicial para dirigir a la gente llegaba a la explanada que da paso al Arena se multiplicaba en unas 15 filas que después terminaban en ocho puestos, todos ellos bajo una jaima que cubría el espacio a lo ancho. 

En cada uno de esos puestos, dos personas comprobaban la autenticidad de las entradas en uno de los ocho portátiles con el software proporcionado por Dato. Los tickets, tras pasar el filtro de autenticidad, eran guardados en unas urnas: las famosas ocho cajas. Esos recipientes eran semejantes a contenedores de un metro de alto, oscuros, de plástico, con forma rectangular. Allí estaba lo que podría suponer la condena de Flores, cerca de 7.000 entradas más de las permitidas. 

Por eso, pasadas las 05.00 horas de la madrugada, fuentes policiales explican cómo en las imágenes de las cámaras de seguridad del Arena se puede observar a alguien caminando desde los toldos hacia un lateral arrastrando una de las urnas. Las demás la seguirían después. 
El camino, en realidad, fue el mismo que siguió la marabunta desviada por un empleado de Diviertt cuando, al ver la entrada habitual al Arena demasiado congestionada, decidió bajar al gentío por unas rampas que dan a la pista central por un portón diseñado para introducir camiones directamente en la planta 0 del pabellón. Sólo que, al entrar en el edificio, las cajas fueron conducidas no de frente hacia el escenario, sino a la izquierda, por unas puertas que, en realidad, Diviertt no podía utilizar. 

Las grabaciones de las cámaras de seguridad, según fuentes policiales, muestran cómo se llevaron las urnas hasta el llamado pabellón Satélite del Arena, un edificio inmenso pegado al de la tragedia. Un bloque que no había sido alquilado por Diviertt, aunque los trabajadores sabían de su acceso por otras fiestas. 
Además de un par de entradas cerca de la explanada donde estaban las taquillas de Halloween, el Satélite tiene un acceso directo desde el propio Arena. Los agentes de Homicidios se afanaron durante las primeras dos semanas en localizar las entradas, y se daba por seguro que serían halladas en la inspección ocular del 13 de noviembre, pero no fue hasta el día 16 cuando fueron encontradas por la Policía Judicial. 

Según las mismas fuentes, los agentes solicitaron a empleados de Madrid Espacios y Congresos que abrieran un gran portón rodante que da acceso al Satélite, y estos no entendían el motivo: Diviertt no había alquilado ese espacio. Nada más abrirlo, las ocho urnas estaban esperando a los agentes. En el recuento, una semana después, emergería el motivo de tanto misterio: en vez de las 9.650 entradas que dijo haber vendido Flores, allí dentro había 16.791 tickets.