viernes, 7 de diciembre de 2012

A 30 kms de altuta por 110.000 euros



José Mariano López Urdiales ha crecido entre cohetes espaciales y lanzamientos a la estratosfera de globos científicos. La primera vez que visitó el Kennedy Space Center de la NASA en Cabo Cañaveral (Florida, EEUU) tenía sólo dos años. Su padre era investigador en el Instituto Astrofísico de Andalucía, situado en Granada. Parte de su labor de investigación era el lanzamiento de sondas para estudiar las características de la atmósfera. 

Siendo sólo un niño, José Mariano asistió a tantos lanzamientos de cohetes desde la base del Arenosillo (Huelva) y de globos estratosféricos desde el aeródromo de León como pudo. Con esos antecedentes no es extraño que el entonces niño estudiase de joven Ingeniería Aeronáutica y obtuviese el primer premio nacional con su proyecto fin de carrera. Una trayectoria meteórica le hizo pasar por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), por Boeing y por la Agencia Espacial Europea. 

Pero una mente inquieta y brillante como la suya no se conformaba con pasar por algunos de los mejores destinos de la industria aeroespacial y en 2009 decidió sacar adelante una idea que le rondaba en la cabeza desde que tenía sólo 22 años: desarrollar un modelo aeronáutico para poder enviar personas a la estratosfera y poner en marcha la primera empresa de turismo espacial española. 
Ahora, con 34 años, acaba de completar con éxito una prueba de lanzamiento -esta vez con un robot humanoide a bordo- que ha alcanzado los 32 kilómetros de altura y ha regresado a tierra firme. La idea es ofrecer a sus clientes las mismas vistas que tuvo el saltonauta de Red Bull Felix Baumgartner en su reciente salto desde la estratosfera. Pero realizado con más seguridad.

«Los turistas espaciales actuales pagan hasta 50 millones de dólares por ir a la Estación Espacial Internacional. Pero el bien reproducible de esa experiencia no es ser el primero, ni estar en la ISS. Lo que la gente quiere es tener la vista de la Tierra desde el espacio», explica José Mariano López Urdiales, fundador y consejero delegado de la empresa de turismo espacial zero2infinity. «Si tienes esa vista de la Tierra azul y curvada, el cielo negro y el Sol brillando tienes las mismas sensaciones que los astronautas. Y la Física indica que para tener esas vistas no es necesario pasar de 30 kilómetros de altitud», explica el emprendedor. 

Como recuerda el propio López Urdiales, la forma «más económica y más segura de subir hasta esa altura es con un globo estratosférico». La empresa fundada por este joven ingeniero nacido en Granada en 1977 tiene ya fabricada una cápsula de fibra de carbono mucho más eficiente que la utilizada por Red Bull en el salto de Baumgartner. El habitáculo tendrá forma de anillo con un baño y tres compartimentos, donde podrán viajar cuatro turistas -dos en cada estancia- y dos pilotos, y todos ellos tendrán una gran ventana delante para disfrutar de la experiencia. 
Con esa cápsula, según aseguran desde zero2infinity, la empresa pretende batir el récord de altura en globo, uno de los pocos registros que dejó intactos el saltonauta. «No lo batieron porque no se posó en tierra con el globo, sino que saltó», explica López Urdiales. 

Esta marca lleva intacta desde el 5 de abril de 1961, cuando Malcolm Ross y Victor Prather, del ejército de EEUU, ascendieron en un globo aerostático hasta 34.668 metros y regresaron montados en el propio globo. La empresa española pretende realizar esta hazaña el año que viene, antes de la certificación comercial que permitiría realizar los primeros viajes a la estratosfera con turistas a bordo y que está prevista para el año 2014. 

El récord de Ross y Prather da idea de que, a pesar de lo avanzada de la tecnología usada por el equipo de ingenieros de zero2infinity, este tipo de lanzamientos no resultan ninguna novedad. Los vuelos estratosféricos en globo comenzaron en los años 20 y se realizaron de forma habitual hasta 1961, cuando la tecnología perdió interés en los ministerios de Defensa y dejó de utilizarse. Pero su utilidad científica está fuera de toda duda. De hecho, el descubrimiento de que hay hielo en los polos de Marte lo realizó un investigador francés a bordo de un globo de este tipo hace 60 años. 
Aunque la idea no consiste en grandes y sofisticados cohetes lanzados por aviones, como el viaje espacial que oferta Virgin Galactic, la compañía del multimillonario Richard Branson, la solución de la compañía española tiene varias ventajas importantes. El propio López Urdiales, que ya ha compartido púlpito en algunos encuentros aeroespaciales con Branson -lo que da una idea de la consideración internacional que tiene la empresa con sede en Barcelona fundada por este emprendedor español-, recuerda que su globo está diseñado para el turismo espacial desde el principio, no es una aeronave reciclada para llevar turistas al espacio. 

La nave de Virgin Galactic, que ha vendido cerca de 600 billetes a un precio que ronda los 200.000 dólares, ofrece una experiencia a esa altitud de menos de seis minutos. Además, en sus pruebas aún no ha superado los 15 kilómetros de altitud. Pero, a pesar de ello, la compañía tiene una valoración de 1.000 millones de dólares. 

El globo diseñado por la compañía de López Urdiales estará cerca de dos horas a una altura de más de 30 kilómetros, «un tiempo suficiente para grabar en el cerebro un recuerdo inolvidable», dice el ingeniero español. La otra gran ventaja del diseño made in Spain es el precio. Esta tecnología permite reducir los costes calculados por otras empresas. El precio total de un viaje estratosférico a bordo del globo será de 110.000 euros, 10.000 para reservar la plaza y asegurarte de que no sube, 50.000 cuando se realice el primer vuelo tripulado y otros 50.000 cuando se vuele. Un precio, de momento, al alcance de unos pocos privilegiados. 

«También ofrecemos la posibilidad de experimentar la microgravedad al inicio de la bajada, pero no a todo el mundo le sienta bien estar mucho tiempo en gravedad cero, por eso no nos parece tan interesante como la vista», dice López Urdiales, que en su conversación recuerda a los brillantes emprendedores norteamericanos que han sido capaces de levantar auténticos imperios antes de cumplir los 30. 

Pero España no es EEUU. La compañía de turismo espacial fundada por el joven emprendedor necesita 20 millones de euros para hacer realidad el sueño de enviar turistas a la estratosfera, pero no ha recibido ninguna ayuda del CDTI, aunque Industria sí está mostrando interés. Ya tiene algunos inversores potentes como Ultramagic, una empresa española que es el segundo productor mundial de globos aerostáticos, o La Caixa, pero aún necesita más capital. «El plan de negocio es muy sólido y tenemos ventajas a pesar de estar en España», dice López Urdiales. «La meteorología es buena, los ingenieros son sobresalientes y España es un país puntero en turismo», sentencia.

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