En estos tiempos de crisis, son muchos los que aprovechan cualquier ayuda extra, por pequeña que sea, para conseguir llegar a fin de mes con un poco más de holgura. Este motivo, unido a la posibilidad de ver de cerca y conocer a los personajes más famosos de la televisión, es el motor que impulsa a más de 100 personas cada día a acudir a los platós de televisión. Con un bocadillo, un refresco y un importe económico de entre 8 y 28 euros -en el mejor de los casos-, las productoras de los programas agradecen a su público la asistencia a sus instalaciones.
Estudiantes, desempleados, amas de casa y algún que otro jubilado pueblan las gradas de los shows de moda con el aliciente de llevarse el bolsillo un poco más lleno que cuando llegaron. Algunos acuden un día por probar y asustados por las largas horas de rodaje deciden no volver, pero hay quienes hacen de esto su modo de vida, al menos durante un tiempo. Pese a que la mayoría asegura que «no da para vivir», los que mejor se lo planifican pueden llegar a engrosar sus cuentas con alrededor de 300 euros al mes.
Silvia Castro es ya una experta en lo que a público televisivo se refiere. Lleva dos años acudiendo a programas y ha pasado por muchos de los más conocidos. «Al principio está bien, te hace ilusión», comenta, pero matiza que «no es oro todo lo que reluce» y que sentarse a aplaudir en un plató no siempre es placentero. «Yo he llegado a levantarme a las seis de la mañana y volver a casa a las cuatro de la madrugada», desgrana. La clave, empalmar un programa con otro. «El programa de Ana Rosa es a las nueve y acaba a las 12, luego está Sálvame hasta las ocho y a las nueve menos cuarto esperaba para ir a Gran Hermano».
Las productoras de los programas de televisión contratan a agencias de personal artístico para que se encarguen de buscar a los interesados en acudir de público, en algunos casos facilitarles el transporte y, una vez allí, asegurarse de que están todos y entregarles el dinero al final de la jornada. En Madrid, las empresas más veteranas en estos servicios son la Agencia Penélope ETT y Maker Actions. Cristina Noales dirige Journal Cris ETT, una empresa que con tan sólo dos meses en el mercado -abrió el 1 de julio- ya ha recibido solicitudes de presupuestos de varios programas, si bien continúa en proceso de negociaciones. «Esto es un negocio y tienes que, desde el principio, luchar mucho, con buenos precios y quedando bien», confiesa Noales, que, desde su experiencia, asegura que «la televisión paga poco y exige mucho».
Con todo, la picaresca sigue siendo importante. «Las mismas agencias no te dejan ir más de una vez a la semana al mismo programa», explica Santiago Aparicio, que tras acudir a varios platós junto a su esposa conoce el funcionamiento a la perfección. Los requisitos varían en función del programa. Espejo Público es el favorito y, por ello, sus espectadores presenciales tienen un perfil determinado. Pese al madrugón -citan a los asistentes a las 07.15 horas-, es el mejor remunerado y, además del bocadillo de rigor, hay desayuno antes del inicio de la emisión. La Agencia Penélope ETT y Maker Actions se turnan la gestión del público de este formato una semana cada una, aunque no pagan lo mismo.
La primera de estas agencias entrega a sus asistentes 28 euros y la segunda, 25. En La Ruleta de la suerte, el público recibe 22 euros por cabeza y en el resto de programas la cifra continúa descendiendo notablemente hasta los nueve o 10 euros. Aun así, alternando varios espacios muchos consiguen reunir un sueldo extra que no viene nada mal. «Tengo el monedero vacío y en mi casa no voy a ganar nada», cuenta Castro. Los jóvenes son los más codiciados por las agencias. Según explica una asidua a estos programas, «la gente joven no aguanta las horas que hay que estar». Aparicio argumenta que a los chavales les viene bien acudir porque de esta forma «tienen para tabaco y para salir los findes».
Los más habituales, en cambio, se lo toman con más seriedad. Para muchos es su trabajo, su fuente de ingresos en una «mala racha», cada vez más común. Un público de televisión pagado que no acude por el puro placer de disfrutar de un espectáculo como ocurre en el teatro. Ciertos programas sí que ofrecen sus líneas de teléfono para quienes deseen acudir a sus platós, aunque en gran parte de los casos necesitan recurrir a las agencias especializadas para llenar sus gradas al completo.
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ResponderEliminarDISCRIMINADORAS: las Productoras son discriminadoras. Resulta que no puedes apuntarte a "algunos" programas porque no eres joven, porque tienes más de 35 años. ¡¡¡ Señores !!! cuándo se van a enterar Vds. que esos programas los ven mayoritariamente las marujas y la tercera edad y los incultos, por lo tanto, los jóvenes que asisten como público, no representan a la audencia real que lo ve desde su casa.
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