martes, 18 de septiembre de 2012

El Space Liner podrá transportar 50 personas a 23000 kilómetros por hora



Es sólo un prototipo, pero promete ser una revolución en el transporte aéreo en dos o tres décadas. El Space Liner podrá transportar hasta 50 personas desde Europa hasta Australia en apenas 90 minutos a una velocidad máxima de unos 23.000 kilómetros por hora, es decir, 6.500 metros por segundo. Será, por tanto, el primer avión hipersónico de transporte comercial de pasajeros (la velocidad hipersónica es la que supera cinco veces la velocidad del sonido de 340 metros por segundo). 

El proyecto ha sido desarrollado por el Centro Aeroespacial Alemán (DLR, por sus siglas en alemán) y presentado en la feria de aviación ILA, una de las más importantes del mundo, que se celebra cada dos años en Berlín. El DLR lleva desde 2005 trabajando en el proyecto junto con la Agencia Espacial Europea, y el que presentan ahora es el boceto más avanzado tecnológicamente. 
«Está a medio camino entre el transbordador espacial y el avión comercial», afirma el director del proyecto y representante del DLR, Martin Sippel. La primera muestra de que no se trata de un vuelo comercial cualquiera está en el despegue, que tiene lugar en vertical, igual que un transbordador. 

Para la primera etapa del vuelo, de apenas 10 minutos, el Space Liner se vale de un cohete lanzadera que le catapulta hasta altas capas de la atmósfera. Allí se desprende del cohete y comienza el vuelo de crucero, que tiene lugar a unos 80.000 metros sobre el nivel del mar, en la capa más elevada de la Mesosfera. A esa altura chocan los meteoritos contra la atmósfera, dando lugar a las estrellas fugaces, y es donde se registra la temperatura más baja de la atmósfera, unos -80 °C. 

Poco tiempo tendrá el pasajero para leer, ya que el avión hipersónico salvará la distancia entre Europa y las antípodas australianas en apenas una hora y media, mientras un vuelo desde España hasta San Francisco o Shanghai apenas tardará una hora. El avión podría transportar hasta 50 pasajeros a Australia y hasta 100 de Europa a EEUU, una capacidad que varía en función del tamaño de los depósitos de combustible que necesita para volar a tales velocidades. 

Tras la travesía, el avión, propulsado por sus propios motores, es capaz de descender de nuevo y aterrizar en un aeropuerto como un avión comercial cualquiera. 
Los propios ingenieros reconocen que volar a esa altitud impulsado por un cohete suena bastante peligroso. «Las lanzaderas no son aún tan fiables como un avión de pasajeros. Tenemos que desarrollar la tecnología necesaria para poder hacer del transporte hipersónico un medio de transporte seguro», asegura Sippel, jefe de proyecto. 

En la cabeza de todos está aún el accidente del Concorde en el año 2000, avión insignia de la aviación comercial a velocidad supersónica. Con su desaparición se dio fin a una época de en la que la batalla de las aerolíneas era llegar antes al destino. La velocidad dio paso a la seguridad y la ecología, lo que ha provocado que la rapidez media de la aviación civil apenas haya evolucionado desde la entrada en servicio del primer Boeing 707 en 1958. 

Los investigadores del DLR han concebido un avión muy ambicioso sin dejar de lado el compromiso con el medio ambiente. El Space Liner es un aparato completamente reutilizable y más ecológico que otros prototipos, ya que tanto la lanzadera como la cabina están propulsados por oxígeno e hidrógeno líquidos. 
El avión del futuro nace del proyecto europeo FAST 20XX. FAST aparece como acrónimo en inglés de «Transporte futuro de alta velocidad a gran altitud» y el número 20XX hace referencia a una fecha aún por concretar. Según DLR, volar de Madrid a Sydney en 90 minutos podrá ser una realidad en 30 años. El precio de cada trayecto, por el momento, sigue siendo una incógnita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario