lunes, 10 de septiembre de 2012

Contador y Purito



Idéntico inicio para dos corredores distintos, los dos animadores de una Vuelta extraordinaria. Alberto Contador y Joaquim Rodríguez dieron sus primeros pasos como ciclistas en el equipoamateur del Iberdrola, dirigido por Juan González. El preparador recuerda que ambos, con 17 años, mostraron desde el principio unas condiciones singulares, propias de los elegidos para triunfar en la élite. 
«Alberto y Joaquim pasaron por mis manos, pero no coincidieron en la misma temporada. El primero en llegar al Iberdrola fue Purito, que entonces, evidentemente, no se le conocía con este apodo. El barcelonés siempre fue un tipo valiente. Su padre y hermano fueron ciclistas y él se presentó en nuestro equipo de Beasain, en Guipúzcoa, de forma voluntaria. Nadie le llamó, él vino y quiso que le probáramos. Se presentó, por su cuenta y riesgo, junto a Xavier Florencio, también ciclista catalán. Le probamos en una carrera, hizo una labor excelente y nos quedamos con él. Joaquim, como ahora, era muy extrovertido, le encantaba el mundo del ciclismo. Es como un juguete, le gusta jugar con sus compañeros, rivales y directores», rememora el técnico, residente en Torrelavega. 
«Alberto venía de correr en Madrid, donde varios amigos nos habían pasado muy buenas referencias como escalador. Él era un chico que subía muy bien, que tenía talento, pero que había que pulirle. Cuando le vimos nos dimos cuenta de que estaba muy verde, con muchas carencias. Él, como sucede ahora, se interesaba por todo lo relacionado con el material de última generación. Con Iberdrola, dependiente de la escuadra de la ONCE, tenía todo lo que buscaba. Teníamos lo más moderno, como los manillares de cabra. Para estos chicos disponer de una bicicleta de primer nivel era todo un lujo». 

«Alberto reflejaba un temperamento mucho más fuerte que Joaquim. Desde el principio, el pinteño sabía muy bien lo que quería. Mientras que Purito corría por afición, él lo hacía para ayudar económicamente y sacar adelante a su familia. Alberto era más suyo, quería demostrar que valía para esto», incide González, 53 años, 14 como director de equipos amateurs, ex seleccionador de Cantabria. 
A este estrecho colaborador y amigo de Manolo Saiz, no le extrañó que ambos hayan llegado a la cumbre del ciclismo: «Joaquim subía mucho y tenía una gran visión de la carrera, pero presentaba carencias en las contrarrelojes. Alberto, al principio era peor que Purito en todos los aspectos, ni bajaba, ni subía, ni rodaba demasiado bien. Se le llevaba el aire, se perdía, pero progresó pronto y extraordinariamente. Su evolución desde los 17 años fue meteórica, dos años después escalaba, descendía y contrarrelojeaba fenomenalmente. Estaba obsesionado con las cronos y el material. Le gusta probar todo lo nuevo, siempre estaba a la última. Su capacidad de entrega era asombrosa. En Palencia ganó el Campeonato de España de crontrarreloj ante la sorpresa de todos. Se propuso ganarlo y lo hizo». 
González sólo pudo contar con los servicios de Contador un par de temporadas, porque Manolo Sáiz le reclamó inmediatamente para el primer equipo de la ONCE. Debutó en la élite en 2003, con victoria en una crono de la Vuelta a Polonia. 
«Mantego una relación fría con Purito y Alberto Contador. Mi trabajo acaba cuando ellos empiezan a ganar dinero, cuando llegan a profesionales», aclara un preparador que ha tenido bajo su disciplina a 43 corredores que luego alcanzaron el profesionalismo. Un maestro privilegiado que ahora se encuentra sin equipo.

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