La Puerta del Sol cambia de aspecto

El kilómetro cero cambia de aspecto. Si 2009 fue el año en el que se devolvió la Puerta del Sol a los ciudadanos tras su peatonalización, ahora llega su cambio de imagen. El Ayuntamiento prepara la remodelación dotándola de contenido y reduciendo espacio para futuras manifestaciones o acampadas. Por lo pronto, frente a la fachada de la Real Casa de Correos, sede del Gobierno autonómico, se instalará un quiosco de 102 metros cuadrados que tendrá autorización para desplegar una terraza-velador de 300. 

«Vamos a potenciar la Puerta del Sol», asegura el concejal de la Junta Municipal de Centro, Enrique Núñez, mientras insiste en que la reforma de la plaza no tiene nada que ver con la intención de las instituciones de evitar que este espacio se consolide como un manifestódromo. «No se hace para evitar las manifestaciones, por que se van a seguir desarrollando como hasta ahora. Los cambios que se van a introducir no suponen más del 10% del total de la superficie de la plaza», precisa. 

El corazón de la ciudad, tiene 62.000 metros cuadrados de superficie y, según explica el edil, se van a plantar, además, 64 árboles, distribuidos por toda la zona, según consta en los planos a los que ha tenido acceso esta redacción. 

«Agradecemos a la Comunidad que nos haya indicado en qué puntos de la plaza se podía plantar árboles», precisa. Hay que recordar que bajo el kilómetro cero hay un gran intercambiador de transporte al que van a parar líneas de metro y el Cercanías. 

Los que reclamaban sombra en la plaza, como la ex presidenta regional, Esperanza Aguirre, se salen con la suya. El ex alcalde Alberto Ruiz-Gallardón rechazó la propuesta de su compañera de partido de poner árboles por motivos de seguridad. Antes de la peatonalización, la Puerta del Sol tenía grandes maceteros con arbustos que eran utilizados como parapeto para el menudeo de droga e, incluso, para ejercer la prostitución. Eso sí, los árboles ahora no estarán en macetas si no plantados en el suelo. 

Además, el Ayuntamiento está ultimando una nueva ordenanza de terrazas y veladores que permitirá a todos los establecimientos hosteleros disponer de una terraza. 

«En la nueva regulación se elimina la prohibición de que la superficie máxima de la terraza sea de 100 metros cuadrados. De aquí a cuando adjudiquemos el establecimiento, la nueva normativa ya habrá entrado en vigor. En noviembre sacaremos a licitación los pliegos. Se podrá presentar cualquier empresa de hostelería», asegura el edil, a la vez que dice desconocer cual será el precio de adjudicación. 

«Se hará por 25 años, prorrogables», aclara. Lo que está claro es que la cifra de adjudicación no será nada desdeñable. Por ejemplo, la terraza del Café Gijón, situada en el Paseo del Prado, se asignó en julio por 144.000 euros anuales durante 15 años. Otros quioscos similares construidos en las plazas de Jacinto Benavente o Vázquez de Mella, que tienen una concesión por 10 años, pagan al Consistorio, al año, 70.000 euros y 42.000, respectivamente. En este caso, el Ayuntamiento obligó a los adjudicatarios a gastarse 120.000 euros para hacer el quiosco de una determinada manera. Ahora no será así. 

«Queremos que, además de la oferta económica, también pese en el pliego de condiciones el diseño. En este caso sí será un concurso abierto. Cada diseñador podrá hacer lo que quiera pero ajustándose a las medidas que se le ofrezcan», sentencia. Hay que recordar que la Puerta del Sol y su entorno están declarados Bien de Interés Cultural. En el caso de la terraza del Café Gijón, el peso de la oferta económica era del 60%. Ahora se trataría de reducir ese porcentaje. 

A todo esto hay que añadir, además, la construcción de un nuevo carril bici que atravesará la plaza por la calzada reservada a vehículos autorizados y que los negocios de hostelería podrán poner mesas y sillas en la plaza. Esta nueva reestructuración de Sol se enmarca dentro de un contexto de conflictividad social. La plaza se ha convertido, desde la acampada de indignados del 15 de mayo de 2011, en un símbolo de las protestas de los ciudadanos contra las decisiones del Gobierno por efecto de la crisis económica. No han faltado, hasta ahora, en ninguna de las protestas de Sol proclamas acordándose del Gobierno regional. 

A nadie se le escapa que al Ejecutivo autonómico y, concretamente, a la ex presidenta, Esperanza Aguirre, no le resultaba especialmente cómodo. De hecho, se pronunció claramente en contra de este tipo de concentraciones. En la Comunidad había cierto hartazgo de que se tomase la plaza con motivo de las protestas. Hay que señalar que el quiosco se instalará justo delante de la fachada de la Real Casa de Correos. 

Desde el Ayuntamiento de Madrid se subraya que el cambio de imagen que experimentará la Puerta del Sol se ha hecho con el «visto bueno» del Ejecutivo autonómico. El hecho de que sea Bien de Interés Cultural hace que el grado de protección sea muy alto. Si no hubiese sintonía entre ambas administraciones no habría manera de que se reformase. 

Los cambios en el Kilómetro Cero, así como en el entorno, han de tener el visto bueno de la Comisión de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid (Cippham), en la que están ambas administraciones. La instalación de los estancos de Sol fue un ejemplo de desencuentro. El Gobierno autonómico dijo que no había pasado por la comisión, el Consistorio entendía que no tenía por qué hacerlo. En el fondo, algo tan simple como que a unos no les gustaba y a otros sí. Finalmente, acabó pasando por el organismo cultural. 

Dotar a la Puerta del Sol de contenido, autorizar ahora un quiosco, plantar árboles y permitir las terrazas a los establecimientos de hostelería se inscribe en la política de dinamización municipal para el balcón de la capital. Ruiz-Gallardón se encargó de peatonalizar no sólo la plaza, si no también las calles aledañas como Arenal o Montera. 

Además, prohibió la circulación del tráfico rodado y sólo se permitió atravesar la plaza al transporte público y a vehículos autorizados. 

La peatonalización continuó con la reforma de la plaza del Callao y Jacometrezzo. Ahora, Botella ha adjudicado la construcción de un carril bici desde Cibeles hasta la calle Bailén. Discurrirá por Alcalá atravesando Sol y Mayor. De hecho, los trabajos ya están en marcha y en esta calle se están ampliando las aceras. El objetivo, devolver espacios al ciudadano frente al coche.