martes, 23 de octubre de 2012

La mano del hombre tuvo que ver con el terremoto de Lorca



El terremoto de Lorca, como todos los seísmos, fue inevitable. Sin embargo, la acción del hombre contribuyó a que fuera tan destructivo, según sostiene un estudio internacional publicado en la revista Nature Geoscience. En concreto, los autores, liderados por el español Pablo J. González, afirman que la extracción de agua subterránea en la cuenca del Alto Guadalentín provocó una variación del peso sobre la corteza terrestre y afectó a la falla de Alhama de Murcia, la más activa de la región y donde se produjo el terremoto. 
Según explica a este diario José Fernández, coautor del estudio e investigador del Instituto de Geociencias (CSIC-Universidad Complutense de Madrid), la sobreexplotación de este acuífero fue una de las causas que explican por qué el hipocentro del terremoto fue tan superficial y, por tanto, tan destructivo. 


Y es que el seísmo del 11 de mayo de 2011, que se saldó con 9 muertos y cientos de heridos, tuvo una magnitud de sólo 5,1 en la escala de Richter. Una cifra moderada para la región de Murcia, que habitualmente registra una sismicidad importante pero de baja intensidad (menos de 5). Sin embargo, si este temblor (que 90 minutos antes fue precedido por otro de magnitud 4,5) causó tal destrucción fue debido a que el epicentro se localizó muy cerca de la ciudad y a poca profundidad (entre uno y tres kilómetros). 


Desde el año 2006, Fernández y sus colegas estudian las deformaciones tectónicas asociadas a fallas en la zona del Mediterráneo con datos recopilados entre 1992 y 2010. Combinan varias tecnologías, como estaciones GPS e interferometría radar en el sátelite Envisat de la Agencia Espacial Europea: «En la cuenca del Alto Guadalentín detectamos un hundimiento importante, de entre 6 y 15 centímetros por año (desde 1997 se hunde, de media, 10 cm. al año). Publicamos un artículo poco antes del seísmo de Lorca. Después, decidimos ir más allá y estudiar si había relación entre la extracción de agua y el terremoto», explica. 


El del Alto Guadalentín es uno de los 51 acuíferos subterráneos de la Cuenca Hidrográfica del Segura que fueron declarados sobreexplotados entre 1986 y 2004, tras la entrada en vigor de la Ley de Aguas de 1985, según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Estas reservas de agua se usan sobre todo para regadíos. 

Fernández señala que las deformaciones del terreno detectadas en otros acuíferos es de unos pocos centímetros: «En ningún caso hemos observado una deformación tan importante como la del Alto Guadalentín, ni en las dimensiones de la zona afectada ni en el hundimiento. De momento se trata de un caso particular y habrá que seguir estudiando para ver si se puede generalizar y extender a otros casos», añade. 
Por su parte, Ramón Aragón, jefe de la unidad de Murcia del Instituto Geológico y Minero de España, señala que el acuífero de la cuenca del Alto Guadalentín fue declarado sobreexplotado hace 15 años. Sin embargo, se muestra cauto sobre los resultados de este estudio y subraya que se trata sólo de «una hipótesis de trabajo». «Antes de apoyar su conclusión sobre la extracción de agua habría que hacer investigaciones más profundas», matiza por teléfono. 


Otros científicos se están ocupado del tema aunque, en el caso de Tomás Rodríguez, con diferente resultado. En un artículo publicado en mayo, el profesor de Hidrogeología de la Politécnica de Cartagena señalaba que, en su opinión, «no existe una relación directa e inmediata entre el terremoto de Lorca y la sobreexplotación del acuífero del Valle de Guadalentín». 

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