Iñaki Urdangarin utilizó sus acciones en el Instituto «sin ánimo de lucro» Nóos como aval para conseguir el préstamo bancario de cinco millones de euros con el que compró su palacete de Pedralbes.
El duque de Palma entregó a La Caixa su declaración de patrimonio correspondiente al ejercicio 2004, en la que figura entre sus activos sus participaciones en la entidad que dirigía conjuntamente con su socio Diego Torres.
Según su propia declaración de Hacienda, este paquete lo valoraba ya entonces en «504.151,29 euros», convirtiéndolo en el elemento más importante de su patrimonio. Una cantidad sorprendentemente elevada teniendo en cuenta que el instituto acababa de ser puesto en marcha ese mismo año y sólo había resultado adjudicatario de la primera de las ediciones de los foros bautizados como Valencia Summit por parte de la Generalitat valenciana.
El juez José Castro solicitó recientemente a la entidad financiera el expediente íntegro de la operación para comprobar las garantías aportadas por el duque de Palma y la Infanta Cristina y continuar así investigando la adquisición del inmueble.
El banco acaba de remitir al Juzgado de Instrucción número 3 de Palma dicha documentación, entre la que figura, además de la declaración de patrimonio del marido de la Infanta Cristina, su declaración de renta, en la que declaraba entonces unos ingresos anuales de «52.439 euros» y unos depósitos en cuentas corrientes que ascendían a «127.529 euros». Junto a estos fondos, Urdangarin declaró como bien inmueble el piso que poseía con la Infanta Cristina en el número 55 de la avenida de Pedralbes, valorado en 414.968 euros. Con todos estos elementos y una tasación encargada por el banco del palacete de Pedralbes, que valoraba el inmueble que se disponía a adquirir el matrimonio en 5,2 millones de euros, el banco otorgó a los duques de Palma «una cuenta de crédito hasta un límite máximo de cinco millones de euros en las condiciones de interés, vencimiento, forma de pago y demás establecidas en este tipo de operaciones».
Lograda esta vía de financiación, el matrimonio cerró la compra del palacete de Pedralbes, situado en los números 11-13 de la barcelonesa calle de Elisenda de Pinós, en 6,3 millones de euros. Una cantidad a la que hay que añadir unos tres millones más que fueron empleados por los duques de Palma en acometer una reforma integral del inmueble.
De manera paralela a la financiación bancaria, el juez Castro y la Fiscalía Anticorrupción ya han acreditado que los duques de Palma no sólo utilizaron el Instituto Nóos como aval, sino como una segunda vía de financiación para la operación inmobiliaria.
Urdangarin y la Infanta emplearon para ello su empresa patrimonial Aizoon, a la que se desviaron más de un millón de euros de Nóos con facturas falsas, para pagar las obras de reforma. Todos los grandes proveedores de la vivienda de Elisenda de Pinós ya han revelado que cobraron con cargo a esta sociedad instrumental que se nutría, a su vez, de los fondos públicos que recaudaba Nóos de los gobiernos balear y valenciano.
El matrimonio Urdangarin-Borbón, pese a haber regresado a vivir a Barcelona, intenta a toda costa vender el palacete de Pedralbes, que será próximamente embargado por el juez al imponer al duque de Palma una millonaria fianza de responsabilidad civil.
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