La víctima número 30 por violencia de género en España sí había presentado denuncia contra su marido, del que se acababa de separar hacía dos meses. Pero a Catalina Delgado –de 69 años– no le sirvió de nada. Su verdugo, Francisco Gómez Delgado, de 78 años, incumplió la orden de alejamiento por segunda vez y se presentó ayer sobre las 14.00 horas en el domicilio familiar. Allí, su víctima se encontraba sola, y él la golpeó de forma reiterada con un martillo en la cabeza hasta matarla.
Luego, el autor confeso del crimen se entregó en el cuartel de la Guardia Civil, ubicado a escasos metros de donde se produjo el crimen, en la calle de Solís Carrasco de Villafranca de los Barros (Badajoz).
De carácter huraño, aseguran los vecinos que le conocen, y empleado en el mercado de Abastos, el hombre no había asumido que su mujer –con la que tenía cuatro hijos– hubiera iniciado los trámites de separación. Catalina se había jubilado recientemente tras muchos años luchando para sacar adelante una tienda de moda (Cati) en la localidad. Por su labor y cordialidad se había ganado el cariño de sus clientes y de los vecinos del pueblo.
A partir de entonces, la víctima pasaba ya muchas más horas en casa y la convivencia se hizo completamente insufrible después de unos años de deterioro, por lo que dio el paso de una separación que nunca aceptó su marido.
Ella se quedó a vivir en el hogar familiar y él se fue a casa de uno de sus hijos, aunque no dejaba de acosar a su mujer y de propagar falsamente por el pueblo que Catalina había comenzado una nueva relación, una patraña como otras muchas, además de amenazarla cuando se cruzaba con ella por las calles de la localidad. Estas mentiras y acosos formaban parte de su plan para minarla moralmente.
Como consecuencia, su mujer le denunció y consiguió una orden de alejamiento de 200 metros dictada el pasado 1 de julio que no sirvió para nada, porque su marido se volvió a acercar a ella de forma amenazante nueve días después, el 10.
Entonces, Catalina lo volvió a denunciar. El marido fue detenido por la Policía, pero el juez lo dejó en libertad y le volvió a dictar una ineficaz, como se comprobaría a posteriori, orden de alejamiento.
Tras este episodio judicial, Francisco Gómez tomó la decisión de marcharse a Fuente de Cantos, una localidad cercana, donde convivía con una de sus hijas, pero este fin de semana volvió a Villafranca y tras departir con conocidos en la barra del bar del Casino, se presentó en el piso y consumó el crimen.
Uno de los hijos varones había estado poco antes con su madre, lavando el coche en la calle, pero se marchó unos 30 minutos antes del homicidio.
El verdugo de catalina es el primero de 2013 que quebranta en España una orden de alejamiento en vigor con consecuencia de muerte. Aunque en este caso concreto la víctima sí había denunciado a su agresor, del total de las 30 fallecidas este año a causa de la violencia de género, sólo otras cinco habían acudido a las autoridades ante episodios de malos tratos anteriores.
El consejero de Salud y Política Social del Gobierno de Extremadura, Luis Alfonso Hernández Carrón, aseguró ayer que la víctima estaba siendo atendida por la Oficina de Igualdad y Violencia de Género de Tierra de Barros, a través del programa Pilar. Además, ha puesto a disposición de los familiares de la víctima los servicios de atención psicológica.
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