La destitución del director del yacimiento arqueológico de Medina Azahara, Antonio Vallejo, sólo es la punta del iceberg de la situación de dejadez en la que la Junta tiene al conjunto desde hace tres años, coincidiendo con la inauguración del museo que inauguró la reina Sofía. O eso cree una serie de expertos que han propiciado una plataforma en internet en defensa del yacimiento.
El propio consejero de Cultura, Luciano Alonso, reconocía hace unas semanas que es necesario dar un mayor «impulso» al conjunto arqueológico, que había visto disminuir el número de visitas de forma considerable en el último año. Una renovación que comenzó con el cese del que fue su director en los últimos 28 años, Antonio Vallejo. La decisión fue justificada por la Junta en la necesidad de dar un «nuevo impulso a la actividad, investigación y gestión de la sede institucional y del yacimiento».
La destitución de Antonio Vallejo no ha sido bien acogida por un grupo de expertos, catedráticos y arqueólogos que ya exigen a la Junta explicaciones de las razones que han provocado su destitución así como de «cuáles son los planes que tiene para Madinat al-Zahra y todo su entorno territorial y cómo va a dotar de contenido una infraestructura de la importancia de su museo». Así lo hacen constar en el documento 'En defensa de Madinat al-Zahra' que ya puede ser rubricado a través de la web http://defensamadinatal-zahra2013.org/.
Hasta la fecha, se ha conseguido reunir 1.500 firmas a través de esta plataforma que ya han sido presentadas en Cultura de la Junta. Según destacó ayer Eduardo Manzano, miembro de la Comisión Técnica de Medina Azahara y científico del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, se han adherido al manifiesto relevantes personalidades del mundo de la cultura de España así como un gran número de catedráticos, profesores universitarios e investigadores del ámbito del arabismo, la arqueología, la historia y otras disciplinas afines.
Los firmantes sostienen que desde 2009 el conjunto arqueológico «ha venido sufriendo un proceso de desinterés por parte de la Junta que ha llevado a una brutal disminución presupuestaria», lo cual ha supuesto una «dramática reducción de sus actividades y una pérdida de puestos de trabajo cualificados cuyo número ya era claramente insuficiente antes de los recortes».
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