lunes, 6 de enero de 2014

Kate Winslet se defiende


Tiene tres hijos de tres maridos distintos, pero insiste que su vida «no es un culebrón» y que su familia es «de lo más normal». Una mes después de dar a luz a su último vástago, Bear, fruto de su relación con Ned Rocknroll, Kate Winslet se encarama a la portada de la revista Glamour, convenientemente retocada por el photoshop y sin la mínima intención de ponerse a dieta: «Acabo de tener un bebé, así que no voy a ponerme a pensar en mi culo». 

Directa como de constumbre, Winslet aprovecha la ocasión para anunciar que el pequeño Bear (Oso, en español) llevará su apellido, y no el de su marchoso tercer marido, sobrino del multimillonario Richard Branson, a quien conoció durante una estancia huracanada en la isla de Necker. Ned Rocknroll, de 34 años, fue bautizado como Abel Smith, pero decidió cambiarse legalmente el nombre hace una década. Estuvo casado antes con Eliza Pearson, pero Bear es su primer hijo. 

Kate Winslet, 38 años, tiene ya una hija de 13, Mia (de su primer matrimonio con Jim Threapleton), y un hijo de 10, Joe (de su relación con el director Sam Mendes). Dos veces divorciada, decidió casarse otra vez en diciembre del 2012 y no tardó en colmar su deseo de volver a ser madre, aunque ya tuviera la parejita. 

«Mia y Joe llevan mi apellido, así que Bear no podía ser menos», declara Kate Winslet a Glamour. «La verdad que es algo que ni siquiera he tenido que hablar con mi marido. ¡Por su supuesto que no le vamos a llamar Rocknroll!». 

Hasta ahora, Winslet insiste en que ha sido capaz de sacar adelante su familia sin apenas ayuda externa… «Podría permitirme tener niñera y asistentes de todo tipo, pero la verdad es que no he querido porque atender a la familia me parece algo natural, y de lo más divertido». 

En la entrevista, Winslet aprovecha para disparar a discreción contra los tabloides británicos por llamarle «inmadura» y criticar con insistencia su vida privada: «Le pido perdón a la prensa por haberme enamorado y quedado embarazada. Lo siento de veras, si es que alguien cree que mi comportamiento es irresponsable». 

«Nadie tiene el derecho a criticar las decisiones que forman parte de mi propia vida», añade la actriz británica. «Es muy fácil juzgar desde fuera, pero la gente no tiene ni idea. Mi vida no es culebrón. Mi vida es realidad de lo más normal, y siempre he puesto a mi familia en el centro», remató la Winslet.

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