La empresa pública gestora de los aeropuertos españoles, Aena, no da su brazo a torcer en la batalla que libra contra los controladores aéreos en torno al cumplimiento del convenio colectivo. La tensión, con el aeropuerto de Barcelona como base del conflicto, reaparece en pleno verano y casi tres años después del caos aéreo que supuso el cierre del cielo español. Las razones, sin embargo, son prácticamente las mismas, como puso de manifiesto la vista celebrada ayer en el Juzgado 9 de Barcelona tras la denuncia presentada por 28 controladores.
A pesar de que la Inspección de Trabajo admitió que es imposible trabajar seis días seguidos y descansar dos y advirtió que esa modalidad puede ser considerada ilegal, el gestor aeroportuario no cede en sus pretensiones. Los controladores, por su lado, denuncian «falta de previsión» por parte de la empresa, a la que también acusan de «saltarse sistemáticamente» el convenio laboral –dictado hace meses por el árbitro Manuel Pimentel–, un extremo que desemboca en «abusos» que «ha tenido tiempo más que suficiente para remediar».
Aena sostiene que, frente a la «avalancha» de solicitudes de permisos por parte de controladores de Barcelona para reducir su jornada en verano –cuidado de hijos, padres, suegros–, no le queda otro remedio que imponer los turnos de seis días trabajados y dos de descanso.
Fuentes de Aena consultadas por este diario denunciaron una concentración de solicitudes de permisos en verano por parte de la plantilla del centro de control aéreo del aeropuerto de Barcelona, radicado en la localidad de Gavà. En concreto, las fuentes señalaron que el aumento de las peticiones se ha multiplicado por cuatro con respecto al año anterior.
«Así no se puede trabajar», lamentan desde Aena , que al mismo tiempo recuerda que la plantilla es la adecuada para un centro estacional como el de Gavà, cuya actividad se dispara en la temporada estival y presta servicio a operaciones con origen y destino a aeropuertos de las Islas Baleares y la zona de Levante. Para el gestor aeroportuario, la situación que describen los controladores es «incierta», aunque admite discrepancias interpretativas en torno al laudo.
Los controladores presentaron pruebas contra Aena de la violación de sus derechos de conciliación de la vida personal, familiar y laboral y el incumplimiento del laudo; entre ellas, las actas dictadas por la Inspección de Trabajo de Barcelona. En la vista, argumentaron que Aena tenía constancia de la «irregularidad empresarial» a través de su publicación «en el turnero del mes de julio» en un tablón del centro de control aéreo del aeropuerto El Prat.
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