Karim Benzema y Franck Ribéry no se sentarán en el banquillo hasta el 20 enero de 2014, si es que lo hacen. Una argucia legal esgrimida por el abogado del segundo, Carlo Alberto Brusa, retrasó ayer seis meses su juicio por prostitución de menores en la primera jornada del mismo celebrada en el Tribunal Correccional de París. ¿Cómo lo hizo? Pues reclamó el derecho que todo ciudadano de la República Francesa tiene desde 2010 de plantear al Consejo Constitucional una pregunta sobre la constitucionalidad de determinada ley. Y los magistrados no tuvieron más remedio que admitir esta Question Prioritaire de Constitutionalité que pone un forzado paréntesis en las vistas.
Ahora dicha cuestión tendrá que ser transmitida por el Tribunal Correccional a la Corte de Casación, para que esta determine si tienen fundamento y si el tema no ha sido debatido anteriormente por el alto tribunal. Tiene tres meses para ello. Luego, será remitida al llamado consejo de sabios que puede demorarse otros 90 días en dictar sentencia. Por cierto, la pregunta que el sagaz letrado Brusa ha dirigido al alto tribunal es si la carta magna permite sancionar la contratación de una prostituta menor. A su parecer, el texto legal es impreciso. Entretanto el procedimiento se retrasa medio año, aunque por lo que se dedujo de la sesión del tribunal celebrada ayer, la imputación de Benzema y Ribéry podría estar incluso en entredicho.
Y es que el mismo fiscal habría requerido ayer un sobreseimiento del caso contra los dos futbolistas: una fórmula que indica que la acusación pública no considera sólidas las pruebas. Como se recordará, el nueve madridista y el delantero del Bayern de Munich fueron relacionados con este affaire a raíz de que la rubia Zahia Dehar cayera en una redada y declarase a la Policía parisina detectives que había mantenido relaciones sexuales retribuidas con ambos siendo aún menor de edad.
Puesta a disposición judicial, su testimonio ante el juez de Instrucción daba detalles sobre el supuesto encuentro sexual con Benzema en una suite del hotel Le Méridien de París en mayo de 2008 –cuando ella tenía 16 años y él 19–, en el que le pidió al futbolista 1.000 euros y este sólo le pagó 500. Sus servicios a Ribéry, en cambio, no han podido ser negados, puesto fue el cuñado de este, Kamel, quien las contrató a ella y a una amiga, en abril de 2009, para celebrar el vigésimo sexto cumpleaños de Scarface con una pequeña orgía a cuatro en un hotel de Munich. «Ella nunca dijo que fuera menor», se excusó el bueno de Franck ante el juez en julio de 2010. En su beneficio, si el proceso llega a reanudarse, está que la propia chica ha decidido no presentarse como acusación particular en el mismo, quedando en simple testigo. Eso la permitió delegar ayer en su representante legal, igual que hicieron los dos futbolistas encausados, dejando a los magistrados sin estrellas que subir al estrado.
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