Estar expuesto a la contaminación puede provocar cáncer de pulmón. Lo advirtió la semana pasada la Organización Mundial de la Salud (OMS) dos días después de que la Agencia Europea de Medio Ambiente alertara de que el 90% de los europeos respira niveles de polución capaces de causar problemas cardiorrespiratorios y muertes prematuras.
Ayer llegó el informe que cada año elabora Ecologistas en Acción a partir de la información que ofrecen las comunidades autónomas y los ayuntamientos españoles. Sus conclusiones son igual de preocupantes: el aire que respiran el 94% de los españoles supera los límites de sustancias contaminantes recomendados por la OMS. Y es que la polución causa entre 16.000 y 19.940 muertos prematuros en España al año: «Mueren por esta causa 10 veces más personas que por accidentes de tráfico», comparó Juan Bárcena, responsable de calidad del aire de Ecologistas.
Pero una cosa es lo recomendado por la OMS y otra lo que marca la ley. Si miramos los límites establecidos por la Directiva europea 2008/50/CE, un 37% de los españoles respira aire contaminado por encima de los valores legales.
El tráfico rodado sigue siendo la principal fuente de contaminación en áreas urbanas. En Madrid capital, el contaminante que más incidencia presentó en 2012 fue el de dióxido de nitrógeno (NO2), generado principalmente por los vehículos. Aunque la organización admite que el nivel medio de NO2 en el área metropolitana (39 microgramos por metro cúbico de aire) se sitúa un poco por debajo del límite establecido por la directiva europea (40), lo atribuye a la existencia de varias estaciones de medición en zonas verdes.
El dióxido de nitrógeno es a su vez el principal causante del llamado ozono troposférico (O3), un gas secundario que se origina en zonas alejadas de las que se produce la emisión de NO2: «Esto demuestra que la contaminación no sólo afecta a la población de los lugares en los que se produce, sino también a zonas alejadas», denunció Mariano González, responsable de transporte de Ecologistas en Acción.
La Comunidad de Madrid es un buen ejemplo de ello. El área metropolitana y las localidades ubicadas en el Corredor del Henares (como Coslada, Alcalá de Henares o Alcobendas) se encuentran entre las zonas más contaminadas debido al intenso tráfico que a diario registran los corredores de acceso y salida de la capital.
Sin embargo, además de mostrar que en las localidades limítrofes al sur de la capital también se dan altos índices, el informe señala cómo la polución generada en el área metropolitana se extiende por toda la Comunidad, originando el ozono troposférico. La radiación solar lo hace más dañino, por lo que su incidencia es particularmente perjudicial en los meses de verano y llega a zonas tan alejadas de la capital como el valle del Alberche, del Tajuña o la Sierra Norte.
En la misma línea, en el área metropolitana los peores niveles de ozono troposférico se registraron en estaciones situadas en grandes parques o la periferia (Casa de Campo, El Pardo, parque de Juan Carlos I, El Retiro, Barajas Pueblo y Tres Olivos).
Asimismo, los autores del informe se mostraron reacios a hacer un ranking sobre los lugares más contaminados y los que gozan de un aire más limpio, tanto dentro de la Comunidad de Madrid como a nivel estatal, debido a que las diferencias en las redes de medición «no hacen posible una comparación objetiva».
Según explicó González, las denominadas partículas en suspensión (procedentes de fuentes naturales pero sobre todo generadas por la actividad humana) son particularmente dañinas, sobre todo cuanto más pequeñas son porque penetran más fácilmente en el organismo y permanecen más tiempo. Por ello, denunció que la mayoría de las estaciones que controlan los niveles de contaminación no midan las partículas menores de 2,5 micras y que las pocas que lo hacen no registren los datos. Aunque inferior a los niveles de dióxido de nitrógeno, el valor medio de las partículas en suspensión en Madrid ciudad superó el valor recomendado por la OMS.
Los responsables del informe critican la falta de acción de las administraciones para atajar la polución. De hecho, consideran que medidas como el anunciado incremento de la velocidad máxima en carretera a 130 kilómetros por hora van en la dirección contraria a lo que habría que hacer para atajar este grave problema.
La crisis económica, no obstante, ha provocado un ligero descenso en la contaminación (una tendencia que se registra desde 2007). Segúnel informe, el consumo de combustibles de automoción en toda España en 2012 fue un 20% inferior al de 2007, lo que se ha sumado a la disminución de la actividad industrial y la paulatina incorporación al parque automovilístico de vehículos más pequeños y eficientes. «Cualquier acción cuenta para reducir la polución», resumió Bárcena.
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