Hasta un millón de personas habrían dejado de fumar tras la aprobación de la actual Ley Antitabaco, que este miércoles 2 de enero cumple dos años de su entrada en vigor, según una estimación realizada por sociedades médicas y científicas, dada a conocer en el Observatorio para la Prevención del Tabaquismo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, celebrado el pasado 29 de noviembre.
Este dato fue destacado ayer por el presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, Francisco Rodríguez Lozano, durante una entrevista con Europa Press, en la que señaló que el balance de estos dos años ha sido muy positivo, porque se ha conseguido un cumplimiento «muy alto» de la ley, entre un 95% y un 99%.
Además, de manera «colateral», entre otros beneficios, la ley ha conseguido un «avance en la desnormalización» de la conducta de fumar. Asimismo, se ha producido una disminución de las ventas de cigarrillos en un 15,9% -«lo que quiere decir que, o se fuma menos, o menos gente fuma»- y se ha observado hasta un 90% menos de contaminación en locales de restauración y ocio, lo que significa que «hay menos población expuesta al humo de tabaco».
A la hora de valorar sus beneficios sobre la salud, aunque hay que esperar mas tiempo para que se puedan publicar estudios más concluyentes sobre el impacto de la ley, los primeros datos apuntan a una disminución significativa de los ingresos por asma infantil y por infarto de miocardio.
Rodríguez Lozano sólo tiene una pega a la actual ley que, por otra parte, considera, «excepcional» y «clara», y es que entiende que, al igual que se hace en los hospitales, debería de establecerse un «cordón de seguridad» invisible que estableciera un espacio mínimo libre de humos en las puertas de los locales, ya que recientes estudios han demostrado mayor contaminación en aquellos establecimientos donde se fuma directamente en la puerta.
No obstante, aunque «aplaude» que la ciudadanía desarrolle iniciativas -como la puesta en marca por la plataforma Porque nosotros sí!, que ha pedido al Gobierno de Rajoy y a los gobiernos autonómicos que desarrollen nuevas regulaciones que prohíban fumar en playas, coches y estadios deportivos- entiende que, por encima de todo, se debe educar en el riesgo que supone el tabaco.
«El problema que tenemos en España es que la gente no era muy consciente de los peligros de fumar y, gracias a las leyes y otras iniciativas, la ciudadanía va pidiendo más seguridad», explica.
Por ese motivo, valora como positivo que entidades privadas como clubes de fútbol regionales hayan seguido el ejemplo del Fútbol Club Barcelona prohibiendo fumar en sus estadios, del mismo modo que celebra que ciertas localidades costeras prohíban hacerlo en sus playas. Sin embargo, entiende que hay que ser «prudente» a la hora de prohibir el tabaco en un ámbito privado.
A su juicio, «lo que se debe hacer es explicar y educar a la población, consiguiendo aumentar la percepción de riesgo», de modo que la población fumadora sea consciente de que no se debe fumar dentro de un coche por «instinto de protección» hacia quienes le acompañan.
Rodríguez Lozano no tiene dudas sobre la consistencia de la ley actual, cree que su claridad no permite ambigüedades en su interpretación, como ocurrió con la anterior ley de 2005, por tanto opina que no hay opciones a que se pueda permitir fumar en proyectos empresariales como Eurovegas en Madrid, asimismo entiende que «la ciudadanía de Madrid no permitirá ese cambio».
A su juicio la actual ley ha conseguido implicar a todos los estamentos sociales, destaca el debate que se generó hace más de dos años durante su tramitación y considera que la ciudadanía no permitiría una «involución» en la legislación actual.