En tiempos de crisis, hay medios que transporte que pueden ser baratos, ecológicos y, además, ejercer de guías turísticos para descubrir y disfrutar de los encantos del municipio. Eso es lo que pretende el Ayuntamiento de Altea con las bicicletas. Se ha marcado un objetivo: alcanzar los 10 kilómetros en carril-bici, que cuente con el consenso de los vecinos y que sea un medio de transporte cotidiano.
La iniciativa forma parte del programa Altea Ciudad Saludable y con ella se pretender potenciar el uso de espacios públicos, zonas peatonales, corredores verdes y ciclo calles. Pero la intención es que cada paso que se dé, cuente con el visto bueno de los vecinos. Parte con una ventaja ya. Y es que Altea tiene un alto número de abonados en su sistema de préstamo de bicicletas, que además comparte con Benidorm. Es decir, que un vecino puede conger la bicicleta en Altea y devolverla en Benidorm o viceversa. Desde su inauguración, hace 45 días, ya cuenta 400 abonados. La idea, según el alcalde, el popular Miguel Ortiz, es alcanzar los 10 kilómetros de carril-bici, que se sumarían a los ya existentes en el Cap Blanch y el Corredor Verde, que discurren de forma paralela al mar.
Mientras, cinco concejalías trabajan en coordinar el programa y preparar nuevos recorridos y que los vecinos aporten propuestas e ideas. También se trabaja en crear un parking en el casco antiguo para facilitar en aparcamiento compartido entre residentes.
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