Jerry Buss supo hacerse a un lado para no perjudicar el espectáculo, una vez más. El cáncer le dio la oportunidad de despedirse el lunes y no el domingo para no ser protagonista un día de partido, aunque la sombra de su enfermedad planeó durante todo el fin de semana del All Star Game, disputado en Houston.
El dueño de Los Angeles Lakers, empresario millonario y responsable de 10 de los 16 títulos del equipo, perdió la batalla contra la enfermedad a los 80 años, y falleció el lunes en el hospital Cedars-Sinai de Los Ángeles, dejando tras de sí un legado monumental y la revolución de una marca.
Lo que ahora es un cliché al hablar de Los Angeles Lakers entonces no existía. Buss no sólo ambicionó la gloria deportiva sino la grandeza de la franquicia. Tras invertir más de 60 millones de dólares en la operación para quedarse con el equipo y con el estadio en el que jugaban entonces, el mítico Forum de Inglewood, puso en marcha su estrategia. Corría el año 1979.
Le proporcionó los mejores asientos de la cancha a las estrellas de Hollywood para que nunca faltara esa otra expectativa, en los años en los que Jack Nicholson se hizo perenne en primera fila. Y remató el decorado con las chicas de faldas cortas y espíritu contagioso, las Lakers Girls que aún son gancho un atractivo esencial en Staples Center.
Además de por su claridad de ideas, el de Salt Lake City se hizo histórico a base de nombres legendarios, con una aportación avasalladora en el capítulo de jugadores. Buss presumió siempre de haber contratado a la magia del baloncesto, al hombre que le dejaba ganar al ping-pong porque era «muy amigo suyo», como aclaró en su discurso de acceso al Salón de la Fama del baloncesto americano en 2010.
En torno a Magic Johnson se construyó aquel equipo que nunca pudo volver a emular, aunque no fuera el final de los títulos y los anillos. Cinco le trajo Kobe Bryant, primero junto a Shaquille O'Neal y después con Pau Gasol.
Con Kareem Abdul-Jabbar ya en el equipo, Buss tuvo la suerte de cara al seleccionar a Johnson en el draft de 1979, un tándem que le llevó a ganar el anillo de la NBA en su primera temporada. «No sabéis cuánto tiempo he esperado este momento», le dijo el dueño del equipo a sus jugadores.
Buss se refería a sus aspiraciones de años atrás, a un proyecto que comenzó a gestar desde una pequeña oficina en Santa Mónica. Ya por aquel entonces sabía que su doctorado en Física por la Universidad de California no acabaría siendo la clave de su vida sino el mundo inmobiliario en el que se hizo un magnate.
A finales de los 50 decidió abandonar su carrera en ingeniería aeroespacial y emprendió una aventura empresarial junto a un socio, Frank Mariani. Entre los dos compraron un edificio en Hollywood de 14 apartamentos y lo remodelaron ellos mismos para ahorrarse el dinero. De ése pasaron a otro a base de préstamos, un negocio in crescendo que le dio suficiente dinero como para comprarse un equipo de la NBA tres décadas más tarde. Aprovechó el mal momento financiero del entonces propietario de los Lakers, Jack Kent Cooke, y cerró el acuerdo en una operación que incluyó el rascacielos Chrysler de Nueva York.
A Magic y Abdul Jabbar los acompañaron Michael Cooper, Kurt Rambis, James Worthy, A. C. Green y Byron Scott con el transcurrir de los años, para levantar un equipo indestructible, sinónimo de velocidad y espectáculo que se alzó con cinco títulos.
No obstante, no pudo evitar el deterioro posterior y la crisis durante los años 90. Fue entonces cuando Buss se fijó en un adolescente con mucho talento que había pasado gran parte de su juventud en Italia.
«Lo ha significado todo para mi carrera en términos de asumir el riesgo de contratar a un chico de 17 años recién salido del instituto», dijo Kobe Bryant en una rueda de prensa el viernes. «Y después para el deporte en sí, la marca que creó a base de espectáculo marcó la liga»
Su pérdida es un sentido golpe para los Lakers en una temporada funesta que no ha hecho más que agravarse.
Jerry Bluss, empresario e inversor, nació en Salt Lake City (Utah, EEUU) el 27 de enero de 1933 y falleció en Los Angeles el 18 de febrero de 2013.
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