martes, 7 de mayo de 2013

Pudo ocurrir lo mismo que en el Arena pero en El Circo del Sol



Tres salidas de emergencia fueron cerradas con cadenas, candados y pulpos (dos ganchos unidos por una tira de goma) antes de dos representaciones de Kooza, el último show de la compañía canadiense Circo del Sol (Cirque du Soleil), a su paso por Madrid, en una megacarpa montada ad hoc en Puerta del Ángel, según informes policiales a los que ha tenido acceso este diario. Según estos documentos, fue el inspector Gerardo del Rey quien permitió a los operarios contratados por la compañía, en dos días consecutivos, cerrar las puertas de emergencia 2, 3 y 4, en la valla perimetral, con el consiguiente peligro en caso de que un imprevisto hubiera obligado a utilizar esas salidas.

El Ayuntamiento asegura que es falso que Del Rey diera su permiso el primer día, pero que sí permitió colocar los pulpos el segundo porque «con ellos sí se podían abrir las puertas desde dentro». Los hechos sucedieron a menos de un kilómetro del Madrid Arena, y cuatro meses después de que en él fallecieran cinco chicas el 1 de noviembre después de una avalancha, con cinco de los ocho vomitorios de la pista cerrados, en aquel caso por la organización, dirigida por Diviertt S.L. y ejecutada por Kontrol 34. 

Para más coincidencia, Gerardo del Rey tuvo un papel central en la actuación policial de Arena, al firmar el documento en el que se justificaba el presunto cambio del nivel de riesgo, de medio a alto. Dicho paso, en cambio, nunca se dio en la realidad, al no contar la oficial encargada del dispositivo, Cándida Jiménez, con agentes disponibles. Sin embargo, Del Rey justificó ese cambio para, así, dar credibilidad a lo declarado ante el juez por su superior, Emilio Monteagudo, y por el propio delegado, el ya dimitido Antonio de Guindos. 

Del Rey justificó la subida de previsión de riesgo en una orden, la 4/2008, que nada tiene que ver con el riesgo de los eventos a vigilar. 

Dos de marzo pasado, 21.30 horas. Una patrulla de la Policía Municipal pasa la correspondiente inspección al Circo del Sol, montado en una enorme carpa en Puerta del Ángel, en Moncloa, cuando salta la sorpresa: los agentes «proceden a realizar la inspección ocular junto con el responsable de seguridad, pudiendo observar cómo se encontraban las puertas de emergencia números 2, 3 y 4 cerradas con cadena y candado anclado, aunque abierto».

El cabo informa de la necesidad de retirar cadenas y candados, y el jefe de seguridad «manifiesta que el día anterior el inspector de Policía Municipal Gerardo del Rey había visitado las instalaciones, dando el visto bueno a la situación de las puertas de emergencia en el estado descrito anteriormente». Continúa, muy gráfico, el cabo: «Ante la incredibilidad de lo manifestado por esta persona, se le informa nuevamente de la necesidad de subsanar la deficiencia, procediendo a liberar las puertas». 

En el Circo del Sol había aquella noche 2.470 personas, según la organización. La sorpresa de los agentes es tal que le hacen fotos a las cadenas y candados, y las incluyen en el informe, fechado ese 2 de marzo. Pero es que sólo un día después la situación se repite punto por punto. La misma patrulla llega al lugar a las 16.20 horas, y se encuentra allí con el jefe de seguridad, esta vez acompañado del «responsable del Circo del Sol», un tal John Uytendaal. 

Y de nuevo, las puertas de emergencia 2, 3 y 4 cerradas «con pulpos extensibles», una modalidad de cierre. El cabo comunica que eso tiene que estar abierto, y la respuesta que obtiene es la misma que el día anterior: «Manifiesta John a los actuantes que el inspector Gerardo del Rey había visitado las instalaciones en días anteriores, dando el visto bueno. Nuevamente, ante la incredibilidad de lo manifestado por esta persona, se le informa de la necesidad de subsanar la deficiencia, procediendo a liberar las puertas de emergencia». 
Todo, a pocos metros y apenas cuatro meses de la tragedia de Arena, que se produjo por el hacinamiento 

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