UGT ha «vulnerado la libertad sindical» de uno de sus cargos intermedios, al sancionarlo por las críticas que éste realizó sobre la gestión de las ejecutivas gallega y estatal tanto a nivel interno como a través de los medios de comunicación. Y entre estas críticas estaban que el sindicato aplicase la reforma laboral para despedir a dos trabajadores o los sueldos «de ministros» de algunos dirigentes.
Una sentencia del Juzgado de lo Social número 3 de Vigo dictada ayer estima la denuncia por vulneración de derechos fundamentales presentada por el secretario comarcal del sindicato en Vigo, Antonio Juste Iglesias, después de que la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT le retirase en febrero sus derechos como militante y le apartase de su cargo.
El juez declara nula la suspensión cautelar de sus derechos, de modo que condena al sindicato a reponerle como afiliado y secretario comarcal vigués. La sentencia considera que no hay «base razonable alguna» para esta medida cautelar y en ese punto «entiende vulnerada la libertad sindical del demandante».
Antonio Juste, que lleva afiliado a UGT desde 1977, aplaude la sentencia porque, a su juicio, es una prueba de que la sanción cautelar que se le aplicó «no sólo era injusta, innecesaria e inmoral», sino que ahora «se le añade otra i, es ilegal».
Resuelto el caso, ayer mismo retomó sus responsabilidades y anunció que pedirá que se «depuren responsabilidades» contra los responsables del expediente sancionador. El próximo miércoles reunirá a la Ejecutiva Comarcal de UGT en Vigo y estudiará cómo se procederá para solicitar que se adopten las medidas necesarias contra quienes «han vulnerado un derecho fundamental». También se planteará si continúa en el cargo en el que lleva desde 2009, aunque no pone en duda seguir como afiliado. «Es el sindicato que me vio nacer, llevo desde los 14 años», asegura. El sindicalista entiende que «una sentencia tan grave exige tomar medidas», pues supone que un juez declara que «el sindicato vulnera su propia Biblia» y atenta contra la Ley de Libertad Sindical que «usa a diario para defender a los trabajadores».
En su opinión, que se haya dictado la sentencia en estos términos es «especialmente grave», porque el juez está poniendo en cuestión la forma de actuar «no de un afiliado más», sino de «la propia cúpula del sindicato», que «cuando alguien discrepa actúa tapándole la boca». Hace un llamamiento a su propio sindicato a que «evolucione», pues «estamos anclados en el pasado» y «tenemos que adaptarnos a la sociedad a la que pretendemos representar».
El sindicalista recuerda que fue sancionado porque criticó la falta de «coherencia» del sindicato al «protestar con huelgas en la calle contra la reforma laboral» y luego aplicarla a nivel interno cuando lo más «lógico» sería recortar «los gastos de cientos de miles de euros» de la Ejecutiva gallega y destinarlos a «despedir dignamente». En concreto, por criticar todas esas circunstancias en un documento interno que acabó filtrado a la prensa y por acusar al secretario general de UGT, Cándido Méndez, de utilizar «la técnica del avestruz».
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