jueves, 8 de noviembre de 2012

Bridgestone despide y Suzuki cierra su fábrica de Gijón



Después de varias inversiones importantes en España por parte de los fabricantes de coches, la cruz de la moneda se dibujó ayer con los nombres de Bridgestone y Suzuki. 

La primera, dedicada a la producción de neumáticos, ha presentado un ERE de extinción para 442 trabajadores en España, el 12,5% de una plantilla de 3.544 empleados. 
La exposición de motivos del expediente señala la disminución continuada de sus ventas en Europa y la mayor competitividad de las factorías que la compañía tiene en Polonia y Hungría. Por esta razón, la reestructuración afectará a España, Francia, Bélgica e Italia. 

En nuestro país, los despidos se producirán en las plantas de Basauri (184), Usansolo (32), Burgos (109) y Puente de San Miguel (117). 
A esta pérdida habrá que sumar, desde marzo de 2013, los 200 puestos de trabajo de la fábrica de motos de Suzuki en Gijón y cuyo cierre «irreversible» 

La planta, en la que se venían haciendo unos 10.000 scooter Burgman al año, es la única de motos de Suzuki en Europa. Tiempo atrás, parte de su producción se fue a Tailandia, con menores costes labor. 
La decisión de la compañía, que se centrará desde ahora en la importación y venta de los productos de la marca, es consecuencia del paulatino deterioro del negocio en España, con una «caída dramática de las ventas» que les ha llevado a acumular 30 millones de euros de pérdidas en los últimos cuatro ejercicios. 
De hecho, los empleados han estado afectados durante los últimos dos años por un ERE que acababa precisamente el próximo marzo.

La compañía ha contratado los servicios de una consultora que busque alternativas de inversión para la factoría gijonesa, de tal forma que pueda mantenerse activa y la pérdida de empleos sea la menor posible. En todo caso, iniciará de inmediato negociaciones con los sindicatos para diseñar un plan que suavice el efecto del cierre. 


José María Riaño, el secretario general de Anesdor, la patronal de las motocicletas en España, recordó ayer que la factoría de Suzuki se suma a las que ya cerraron Yamaha y Derbi en Cataluña. Riaño también se refirió a que una de las claves de la decisión ha sido el desplome de mercado europeo y el español, que retrocede un 18,3% este año en las motocicletas y un 19,8% en los ciclomotores. No obstante, también culpó a las administraciones que apenas han creado programas de ayuda específicos y sí han introducido numerosos cambios normativos muy negativos para la demanda de estos vehículos. 

En todo caso, Gijón no fue la única mala noticia para Suzuki. En EEUU, su filial anunció que se declaraba en suspensión de pagos para reestructurarse y reenfocar el negocio asegurando su rentabilidad. Esto pasa por dejar de vender automóviles, actividad que no ha logrado hacer beneficiosa, para centrarse en las motos y productos marinos.

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