El Ayuntamiento de Madrid, que preside Ana Botella, inspeccionó la tarde y noche de Halloween 1.348 discotecas, bares de noche, salas de fiesta y locales con autorización especial, pero no revisó el Madrid Arena, según los datos oficiales facilitados por la propia corporación.
El Consistorio hizo una campaña especial de revisión ese día, con un incremento del 51% de las inspecciones en los locales de la tarde respecto al año anterior y un 43% en las de la noche. Como media, el aumento fue del 47%.
En concreto, se revisaron aforos y otras circunstancias en 1.007 locales por la tarde y 341 por la noche. Curiosamente, ninguna de estas revisiones correspondió al establecimiento donde fallecieron cuatro jóvenes y otra resultó herida grave y actualmente se encuentra en la UVI.
El Ayuntamiento, que facilitó estos datos, señaló que «la Policía tiene como actividad ordinaria la inspección de los pequeños locales que habitualmente ejercen una actividad de ocio».
Añadió que, «en cuanto a aquellas actividades puntuales que, por características y dimensiones, se realizan en grandes establecimientos, la actuación de Policía Municipal consiste en la ejecución de sus funciones en el exterior de los mismos, en cumplimiento de su deber de vigilancia del espacio público, la regulación del tráfico y el cumplimiento de las ordenanzas municipales».
Parece, según esta declaración, que el exceso de aforo no suponía el incumplimiento de las ordenanzas municipales. Todo el mundo en el Ayuntamiento conoce desde hace años la relación de amistad que existe entre el primer teniente de alcalde, Miguel Ángel Villanueva, y el empresario Miguel Ángel Flores, promotor de la fiesta del Madrid Arena.
La corporación señaló que, «en el interior» de estos espacios, «no se actúa habitualmente, atendiendo a que los mismos, por exigencia legal, deben contar con los correspondientes planes de autoprotección, así como por tener servicio de control de acceso privado» y «estar dotados este tipo de actividades de seguridad, cuyo control e inspección queda regulado por la vigente Ley de Seguridad Privada».
Sin embargo, el propio decreto que regula la actividad de control de acceso a espectáculos públicos dice que «los titulares de los establecimientos [es decir, el Ayuntamiento] o de las respectivas licencias y los organizadores de los espectáculos públicos y actividades recreativas serán los responsables solidarios del desarrollo de la actividad de acceso de aquellos».
El Ayuntamiento, por lo tanto, debería haber sido responsable de controlar el acceso y no simplemente de la vigilancia del exterior, según señalan empresarios del sector. Y no sólo por su obligación de cumplir las ordenanzas, sino también por este decreto sobre el control de los accesos.
El problema es que, en los últimos meses, la Policía ha reducido su actividad para no tener que pagar las horas extra o la prolongación de jornada. Al concierto de la MTV se envió a 100 policías hace dos años. Al de esta edición, sólo a ocho.
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