jueves, 22 de noviembre de 2012

Una réplica exacta de la tumba de Tutankamón



«Veo cosas maravillosas», musitó Howard Carter cuando el primer haz de luz hizo brillar el oro de los objetos apilados en la antecámara de la tumba de Tutankamón. Noventa años después del fabuloso hallazgo, una réplica de la cámara funeraria realizada a partir de un exhaustivo estudio de la original acaba de llegar a la tierra de los faraones procedente de un taller madrileño. 

Y su artífice, Adam Lowe, director de Factum Arte, también siente el impacto «más emocional que intelectual» que el arqueólogo británico experimentó cuando se deslizó por los 12 peldaños, abrió la puerta tapiada y respiró el aire «sin renovar durante siglos». 
«El facsímil es maravilloso. Como la tumba y las razones por las que es valiosa aún para mucha gente», resume el fundador de una organización con sede en Madrid que igual manufactura arte contemporáneo a gran escala que crea réplicas con la exactitud de la micra. 

Su última obra reproduce la cámara funeraria y el sarcófago del faraón niño de la dinastía XVIII (1550 y 1295 a. C.), que subió al trono a los 12 años y murió cuando rondaba los 20. Protagonista de un reinado fugaz e intrascendente, su mayor proeza fue habitar una vida eterna sin sobresaltos y con un suntuoso tesoro de 5.000 objetos ajeno al pillaje. Hasta que en noviembre de 1922 Carter descubrió accidentalmente el primer peldaño de la escalinata hacia una fortuna intacta. 

Para Lowe, el «gran reto» de la aventura fue capturar al milímetro las pinturas que decoran los muros de la cámara funeraria y el sarcófago de cuarcita roja que guardaba tres ataúdes antropomorfos encajados como la moderna Matrioska. 

«Se ha logrado gracias a la última tecnología de escaneado 3D combinada con la grabación fotográfica de alta resolución», replica el arquitecto Carlos Bayod a unos metros de la instalación que se exhibe por primera vez entre los trajes grises que merodean por un hotel cairota, sede de un foro económico organizado por la Unión Europea. Las tres toneladas del proyecto, llegadas desde España, son «un regalo a Egipto» de la fundación Factum, la Sociedad de Amigos de las Tumbas Reales de Egipto con sede en Zurich y la Universidad de Basilea. 


Con experiencia previa en los facsímiles parciales de la sepultura de Seti I y Tutmosis III, la obra no sólo reproduce el ataúd de cuarcita con sus relieves y jeroglíficos, sino que reconstruye la rugosidad exacta de las paredes tal y como lo halló y digitalizó el equipo técnico en 2009. Y también todos los detalles de sus frescos elaborados con pigmentos naturales y malheridos por círculos oscuros causado por los hongos. «Hemos conseguido reproducir a partir de una fotografía un fragmento de las paredes que se había perdido», explica Bayod. 

Tras su breve escala en El Cairo, el destino de la copia -sujeto aún a negociaciones- sería el Valle de los Reyes en Luxor, donde su original -deteriorado por la procesión de los turistas- sufre desde 2011 cierres periódicos por motivos de conservación. «Es posible que el cierre definitivo de la tumba no se produzca de inmediato, pero es evidente que se está deteriorando. Lo ideal sería visitar la réplica y el original y que el turista pudiese comprobar que la experiencia puede ser igual de auténtica», relata Bayod. 

«En las mismas circunstancias de iluminación y contexto no se debería notar la diferencia», agrega el arquitecto. En 2010 el Consejo Supremo de Antigüedades egipcio señaló un emplazamiento a las puertas del Valle de los Reyes y próximo a la casa de Carter para instalar de manera permanente el facsímil e impulsar el turismo sostenible. Según Lowe, parte de los ingresos generados por este nuevo museo podrían destinarse a continuar la labor de documentación «de otras tumbas no tan conocidas pero igualmente importantes». 

El regalo persigue «realizar una transferencia tecnológica» y alentar el establecimiento de talleres de digitalización y producción de réplicas en la orilla oeste de Luxor para tallar, por ejemplo, las tumbas de Seti I o la reina Nefertari. «Los proyectos supondrían la creación de empleos cualificados en Egipto», apostilla Bayod. Fascinado por su cámara funeraria made in Madrid por un equipo cosmopolita, Lowe no teme la maldición de Tutankamón que persiguió a Carter y su mecenas Lord Carnarvon. Su lucha fue entre elmundo real y el virtual: «El desafío fue grabar los datos y transformarlos en un objeto exacto». 

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